Esperanza Aguirre

En nuestros días, los enemigos de la libertad, los herederos del comunismo soviético, los totalitarios disfrazados de demócratas, están logrando que se estén imponiendo en la sociedad occidental los principios y los valores que, tras una apariencia bondadosa, encierran la llegada de una dictadura, la de la “corrección política”, con todos sus dogmas y con su principal objetivo, que no es sólo hacerse con el poder en nuestros países, sino, lo que aún es más grave, hacerse con la manera de pensar de los ciudadanos.

Y lo peor es que lo están consiguiendo sin encontrar resistencia entre esos ciudadanos que, sin duda, prefieren la libertad a la tiranía, porque los disfraces que los totalitarios utilizan están muy bien inventados. ¡Claro que todos estamos a favor de acabar con la pobreza, con las desigualdades de las mujeres y con las agresiones al medio ambiente, como pregona la Agenda 2030! Pero no a través de los métodos que esa misma Agenda prescribe, con una intervención constante de una Institución tan poco democrática como la ONU.

Nosotros tenemos un arma mucho más eficaz para lograr esos objetivos: la libertad. Como Milei y como esperemos que haga Trump.