Entrevista CARLOTA LÓPEZ-CHCHERI
Fotografía JUAN CARLOS VEGA
Agradecimientos GRAN HOTEL INGLÉS
Desde que era niña, Eva Longoria supo que el diseño formaría parte de su vida. Con un padre arquitecto y una madre diseñadora de interiores, aprendió a observar el mundo a través de los espacios. Hoy, tras más de tres décadas en Rockwell Group, Eva no solo ha dejado su huella en proyectos icónicos alrededor del mundo —como el JW Marriott Madrid o The Prince Gallery en Tokio—, sino que también ha construido una filosofía creativa basada en la empatía, la narrativa y el trabajo colaborativo.
Eva, tu relación con el diseño comenzó desde muy pequeña gracias a la influencia de tus padres. ¿Qué recuerdos de esa infancia crees que despertaron tu sensibilidad hacia los espacios?
Mi padre era arquitecto y mi madre, diseñadora de interiores. Desde pequeños, cada vez que viajábamos, siempre estábamos observando la arquitectura, los espacios interiores, el arte y, por supuesto, visitando museos. Los domingos eran sagrados para ir a los museos; era una costumbre que mi padre no perdonaba.
Experimentar los lugares a través del diseño—ya fuera un restaurante con carácter o una vivienda bien pensada—fue algo que marcó profundamente mi manera de entender el mundo.
De niña pensaba que quería ser veterinaria (quizá por eso tengo tanta conexión con mi perro), pero pronto me di cuenta de que no podría enfrentarme al sufrimiento de un animal. A partir de ahí, lo de dedicarme a la arquitectura y al diseño fue casi natural. Nunca me lo cuestioné: simplemente supe que ese era mi camino.
Elegiste estudiar en Parsons, una escuela con una gran reputación. ¿Qué te llevó a tomar esa decisión y cómo impactó esa etapa en tu forma de entender el diseño?
Mi padre había estudiado y trabajado en Estados Unidos y fue él quien más me animó a seguir ese camino. Fui a visitar Parsons y me enamoré al instante: de la universidad, de la ciudad, y de toda la experiencia de descubrir el diseño a través de la mirada urbana.
«Experimentar los lugares a través del diseño fue algo que marcó profundamente mi manera de entender el mundo»
Además, tenía un amigo muy cercano, David Belle (de Beyer Blinder Belle), que fue clave en ese momento. Él me animó a solicitar unas prácticas en Rockwell Group, y eso marcó un punto de inflexión en mi trayectoria.
Después de tener tu propio estudio durante una década, decidiste volver a Rockwell Group. ¿Qué te impulsó a regresar? ¿Qué cambió en ti durante ese tiempo fuera?
Cuando dejé Nueva York y volví a la realidad de dirigir mi propio estudio, entendí que trabajar en Rockwell Group era una oportunidad para trabajar con clientes y proyectos increíbles. Tener mi propio estudio era fantástico, pero los proyectos eran de una escala diferente.
Ya son más de 30 años dentro de Rockwell Group. En este recorrido, ¿qué has aprendido de ti misma como profesional y como persona?
Siempre quiero aprender de otras personas y me encanta la idea de estar rodeada de gente más talentosa que una misma y que te reta constantemente. Es muy inspirador ver cómo llegan jóvenes arquitectos y diseñadores al estudio con la misma pasión por el diseño que yo tengo.
«Es muy inspirador ver cómo llegan jóvenes arquitectos y diseñadores al estudio con la misma pasión por el diseño que yo tengo»
Hoy en día, cuando empiezas un nuevo proyecto, ¿qué es lo que más te inspira? ¿Notas que esa fuente de inspiración ha cambiado a lo largo del tiempo?
Lo que me inspira sigue siendo lo mismo de siempre: investigar y escuchar al cliente y a las personas que van a utilizar los espacios que diseñamos.
¿Cómo definirías tu enfoque personal al diseñar un espacio? ¿Hay algún principio o valor que nunca estás dispuesta a comprometer?
Nunca diseñamos algo por diseñarlo. Cada elemento de un proyecto tiene que estar conectado con la narrativa general, con la historia que estamos tratando de contar y la sensación que queremos que el cliente o la audiencia se lleven.
Has trabajado en lugares tan distintos como Madrid o Tokio. En proyectos como el JW Marriott Madrid o The Prince Gallery Tokyo, ¿cómo lograste adaptar la esencia de Rockwell Group a contextos culturales tan diversos?
No tenemos un estilo propio ni seguimos tendencias. Nuestro objetivo para cada proyecto es crear una historia tan rica y con tantas capas como una obra de teatro, y dar forma física a esa historia utilizando todos los recursos y colaboraciones posibles.
«Nuestro objetivo para cada proyecto es crear una historia tan rica y con tantas capas como una obra de teatro»
El contexto es esencial en cada espacio que diseñamos. Siempre empezamos dedicando tiempo al cliente para comprender el trasfondo del proyecto y su intención. Necesitamos analizar cada elemento contextual: el lugar, la historia, la cultura, el cliente y, especialmente, el momento en el que se desarrolla el proyecto.
Mirando hacia atrás, ¿hay algún proyecto que consideres especialmente significativo o transformador para ti?
El hotel JW Marriott en Madrid, inaugurado en 2023, fue un proyecto muy importante para nosotros, que exigió una forma de diseñar profundamente inmersiva. Tiene una narrativa muy potente. Ubicado en la Plaza de Canalejas, en pleno distrito Centro de Madrid, es el primer establecimiento de la marca JW Marriott en España. El proyecto consistió en la rehabilitación de un edificio histórico.
La propuesta para Madrid se concibió como un oasis de calma en contraste con la energía vibrante del centro de la ciudad y su enorme riqueza cultural. Todo el hotel transmite una sensación residencial, desde el vestíbulo hasta las zonas comunes y las habitaciones. Una paleta cálida y neutra marca el tono en todos los espacios, restauramos y pusimos en valor varios elementos originales del edificio histórico.
Estamos en el Gran Hotel Inglés de Madrid, un espacio que diseñaste junto a tu equipo. ¿Qué significa para ti este proyecto en particular? ¿Qué destacas de él?
Fue nuestro primer hotel importante en Madrid y fue increíble porque era el segundo hotel más antiguo de la ciudad, inaugurado en 1886, su estado era de abandono. Así que fue muy gratificante devolverlo a su esplendor. Desarrollamos una relación muy cercana con el cliente, Hidden Away Hotels, y hemos diseñado dos hoteles más para ellos: Posada Terra Santa en Mallorca y Seda Club en Granada.
Liderar un equipo creativo no es tarea fácil, especialmente en un entorno exigente como este. ¿Cómo es tu estilo de liderazgo y qué buscas fomentar en tu equipo?
Intento animar a nuestro equipo a ser curioso y abierto y a buscar inspiración en todas partes.
Y por último, si miras hacia el futuro… ¿Qué legado te gustaría dejar, tanto dentro de Rockwell Group como en el mundo del diseño en general?
Me gustaría dejar un legado de amabilidad y alegría en el diseño. Me encanta venir a trabajar cada día. La oficina se siente como una gran familia y disfrutamos de lo que hacemos. Creo que eso se refleja en el trabajo que desarrollamos y, a su vez, genera experiencias únicas y llenas de alegría para los demás.