Fotografía JUAN CARLOS VEGA
Uno de los puntos álgidos que la mayoría de los turistas anotan en su itinerario al visitar Madrid es el estadio Santiago Bernabéu, un lugar que también despierta emociones y frustraciones a partes iguales cada vez que el club merengue disputa uno de sus partidos. Esas mismas emociones debió sentir Tristán López-Chicheri el día que supo que él, junto con su estudio L35, sería el encargado de su renovación. Y esas emociones, sin duda, se mantuvieron a lo largo de todo el proceso, hasta hoy, cuando vuelve a poner un pie en el campo para compartir todo lo aprendido y detallar esta ambiciosa gesta, que como el Real Madrid, ya es historia.
En el interior del estadio Santiago Bernabéu existe ahora un lugar capaz de elevar la experiencia que este icono ofrece a un nivel superior: el restaurante Plaza Mahou, ¿acaso puede haber algo más castizo? Hasta allí llega Tristán López-Chicheri, autor junto a su estudio L35 de la remodelación del templo vikingo, ese que tantas alegrías ha dado a millones de personas a lo largo de los años. Entre conversaciones sobre diseño, innovación y memoria, Tristán López-Chicheri desgrana los secretos de la transformación del estadio, sus retos y aprendizajes, preparando el terreno para lo que será una charla a dos bandas.
¿Cuál fue la visión arquitectónica y urbana que guió la transformación del Santiago Bernabéu?
Desde el brief del concurso se pedía crear un edificio icónico, algo difícil de conseguir, pero lo intentamos. Entendimos que un estadio icónico debe poder reconocerse a partir de un pequeño fragmento, capaz de evocar su imagen completa en la memoria, del mismo modo que sucede con la Torre Eiffel. Basta ver una parte para reconstruir mentalmente el conjunto.
También queríamos huir de la idea de un edificio de cuatro fachadas estáticas. Buscábamos trasmitir movimiento, el dinamismo que un estadio alberga con el fútbol. De ahí surgió la idea de generar cornisas, que subían o bajaban en función de la posición del estadio respecto a la calle.
Por último, el estadio requería una entrada formal. Un gran lobby de cara a la ciudad que representara tanto al club como al gran edificio que es. Para ello, se creó una entrada principal en el Paseo de la Castellana, uniendo varias puertas para conformar el gran vestíbulo de acceso.

¿Cómo se equilibró la identidad histórica del estadio con la necesidad de modernización?
La identidad histórica del estadio proviene de ser la casa del Real Madrid. No es la primera reforma desde su construcción en los años 40, pero a lo largo del tiempo se ha consolidado una imagen que lo identifica plenamente con el club.
¿Qué elementos consideras que convierten al nuevo Bernabéu en un referente mundial?
Además de su imagen singular, el estadio incorpora una serie de elementos que lo hacen especial: una cubierta retráctil, récord mundial de distancia salvada, que permite cubrir el estadio según los eventos y la climatología; un túnel logístico que permite acceder a todo el estadio sin interferir con los usuarios; un hipogeo que posibilita guardar y cuidar el campo de juego mientras se utiliza el exterior para otros eventos distintos del fútbol; un marcador de 360º cuya pantalla puede convertirse en un elemento de comunicación; y un conjunto de mejoras adicionales que incrementan la funcionalidad del estadio. Ubicado en pleno centro de Madrid, uno de los mayores desafíos fue trabajar en un entorno tan consolidado, lo que dificultó la logística de la obra y obligó a compaginarla con el calendario deportivo. En un momento dado, debido a la pandemia, los partidos se jugaron en la ciudad deportiva y sin público, lo que permitió que casi 1.000 trabajadores pudieran operar simultáneamente en las obras.
¿Qué papel jugaron las innovaciones estructurales, como la cubierta retráctil o el césped móvil, en el diseño arquitectónico? ¿Qué innovaciones tecnológicas destacan en el nuevo Bernabéu respecto a estadios de última generación?
Es fundamental que el diseño compagine estas cuestiones. Al igual que en un hospital no se puede ignorar la mecánica de funcionamiento, en un estadio como el Santiago Bernabéu los elementos estructurales se convierten en ingredientes del propio “diseño”. De hecho, la cubierta retráctil surgió como propuesta desde la fase de concurso.
Estas innovaciones, junto con otras tecnologías, son las que lo convierten en un referente mundial.

¿Cómo se abordó el reto de convertir el estadio en un espacio multifuncional más allá del fútbol?
Hoy en día, todos los estadios buscan un uso de 365 días al año, lo que implica ir más allá de los aproximadamente 40 partidos de fútbol que se juegan anualmente. Este concepto multifuncional estuvo presente desde la fase de concurso y fue evolucionando hasta convertirse en la realidad que vemos hoy. Estamos involucrados en diversos proyectos de estadios en España y en el extranjero, y todos ellos buscan incorporar esta misma filosofía. El Santiago Bernabéu cuenta con varias ventajas clave: es la casa del Real Madrid, por lo que recibe un gran número de visitantes, y además es un estadio urbano, perfectamente conectado mediante una excelente red de transporte público.
¿Cómo fue el trabajo conjunto entre los equipos?
El proyecto se desarrolló en nuestro estudio de Madrid y contó con la colaboración de un gran número de especialistas de diversas áreas, tanto de ingeniería como de movimiento de personas o de explotación de estadio, aspecto que tiene un gran impacto en la resolución del programa y del diseño. Esto fue una constante desde que empezamos el concurso en 2012, continuó con el proyecto en 2014 y se mantuvo durante las obras; ha sido un desarrollo activo y vivo a lo largo del tiempo.
¿Cuál fue la mayor lección aprendida en un trabajo de esta envergadura?
En L35 desarrollamos grandes proyectos, pero este fue especialmente sofisticado y complejo, ya que debía compaginar la reforma de un estadio existente con la implementación de todos los elementos nuevos ya mencionados. Requirió de una gran coordinación entre todos los especialistas intervinientes. Creo que la participación de estos equipos nos enseñó a coordinarnos con el objetivo de integrar todo en un único proyecto.
¿Qué crees que representa el nuevo Bernabéu para la ciudad de Madrid y para el Real Madrid como institución?
Como ya hemos mencionado antes, se genera una identificación entre estadio y ciudad. El Bernabéu ya era un símbolo de Madrid y ahora este aspecto se ve reforzado, de la misma manera que el estadio se identifica con el club.
¿Cómo imaginas el impacto de este estadio en el futuro de la arquitectura deportiva?
Creo que ya podemos observar este impacto en los nuevos proyectos que surgen en distintos países. Sin duda, se ha convertido en un referente.
¿Qué proyectos futuros de L35 se inspiran en lo aprendido con el Bernabéu?
Es inevitable incorporar las enseñanzas de este proyecto único. Sin embargo, cada nuevo encargo tiene sus propias características y personalidad, por lo que no se puede ni se debe trasladar de manera literal un proyecto tan complejo, sofisticado y de tan alto valor simbólico.



