DOM PÉRIGNON y JEAN-MICHELE BASQUIAT son dos leyendas separadas por el tiempo y el espacio, pero cada uno, a su manera, encarnó la cultura de su época y dio forma a la de futuras generaciones. Sus trayectorias creativas son profundamente diferentes, aunque no divergentes. Con una edición especial del Vintage 2015, Dom Pérignon rinde homenaje a un artista profundamente arraigado en sus orígenes, quien formó una de las expresiones artísticas más icónicas y poderosas de nuestro tiempo.
En esta alquimia entre creatividad e innovación, se encuentra una gran afinidad con la visión de herencia de Dom Pérignon: para ser fiel a ella, es necesario renovarla incesantemente. La creatividad itinerante y experimental de Basquiat resuena con la de Dom Pérignon y su convicción de que cualquier forma de creación artística, independientemente de la disciplina, invita a jugar con las limitaciones, considerándolas como valores y desafíos.
En esta dualidad entre el savoir-faire y lo impredecible, la selección y el ensamblaje, la precisión y la improvisación, comunes tanto a la creación artística como a la de los grandes vinos, también se encuentra la singularidad de la excelencia francesa. Basquiat amaba y apreciaba especialmente sus estancias en Francia. De manera similar, su visión estética le permitió hacer extraordinario lo más modesto, tanto en materiales como en referencias.
La complejidad presente en la obra de Basquiat y en los vinos de Dom Pérignon también representa una convergencia entre el ideal estético de Dom Pérignon y la ars creativa de Basquiat. En ambos casos, el acto creativo que da existencia tangible a la visión estética siempre demuestra su capacidad para resolver la aparente paradoja de los opuestos. Esta sensibilidad es, sin duda, un factor que ha permitido que la obra de Basquiat toque a audiencias de todas las épocas y que, a su vez, permite a Dom Pérignon extender su visión a nuevas culturas y públicos.
EL HOMENAJE DE DOM PÉRIGNON A JEAN-MICHEL BASQUIAT
TOMA LA FORMA DE UNA EDICIÓN ESPECIAL
DE ESTUCHES DEL VINTAGE 2015.
EL DISEÑO de estos estuches fue concebido según el principio de ensamblaje, apreciado tanto por Dom Pérignon como por Basquiat. La serie incluye tres diseños diferentes, cada una representando una parte de la obra de Basquiat, que pueden ser reensambladas al unir los cofres.
Para reforzar aún más el sentido del encuentro entre Dom Pérignon y Basquiat, cada una de las tres partes de la obra fue estudiada en sus componentes para que el nombre y el emblema de la Maison se inscribieran armoniosamente en la caja, dentro de los campos de color de la pintura, maximizando el sofisticado juego de sus formas y líneas.
Como verdadero sello de este homenaje, la etiqueta de las botellas, también creada en tres variantes de color, lleva el emblema híbrido de la corona de tres puntas superpuesta al escudo.