Fotografía MARIO SIERRA
Texto MARCO DE PABLOS
Estilismo JOSÉ HERRERA
MUAH GABRIEL LLANO
Escribir un libro, plantar un árbol y tener un hijo son tres logros que todo humano debería alcanzar a lo largo de su vida, decía el político, poeta y escritor cubano José Martí. Isabelle Junot (Nueva York, 1991), en sus poco más de tres décadas de existencia, ya ha llevado a cabo dos de esas premisas. Quizás las más difíciles o, a simple vista, las más arduas de conseguir. Aunque, probablemente —y no nos extrañaría—, el hat trick sea una realidad.
Desde 2023 es, junto a Álvaro Falcó, madre de una niña llamada Philippa, en quien confiesa estar ahora mismo “plenamente enfocada”. La pequeña pronto se convertirá en hermana mayor, ya que la pareja espera su segundo hijo, sumando un nuevo capítulo a su vida familiar. Paralelamente, la autora continúa dedicada a su otra reciente gestación, esta vez editorial. El pasado año publicó su primer título, Eat Girl: De la obsesión a la ilusión (Penguin Libros), a través del cual tiene un objetivo: “Lee este libro si estás harta de perseguir tu mejor versión y estás lista para encontrar tu versión favorita”.

Isabelle Junot luce trench negro de THE IQ COLLECTION; vestido de RUBÉN HERNÁNDEZ; y pendientes y anillo, ambos de BVLGARI.
“Quiero ser un ejemplo y ayudar a la gente a sentirse mejor, a vivir de una forma más plena, feliz y sin tanta complicación por la comida”. Ella lo tiene claro. Y es que, si de claridad se trata, Isabelle no deja lugar a dudas. Se define como “alguien bastante normal y amable, interesada por los demás y por seguir aprendiendo siempre”. Se muestra genuina y divertida a partes iguales, algo que ella corrobora. “Me parece muy importante poder reírse de uno mismo, y eso es algo que aplico en mi día a día. Me río de mi misma y entiendo que no soy perfecta. El humor es esencial”, reconoce, al mismo tiempo que puntualiza: “En la vida hay tantas cosas serias… Creo que aportarle un poquito de alegría a todo esto me parece clave. También es mi manera de lidiar con el mundo y con todo lo que me rodea. Es parte de mí, y creo que es fundamental transmitirlo”. Dicho y hecho.
«Me río de mi misma y entiendo que no soy perfecta. El humor es esencial»
La mañana en que se realizó esta producción —en tiempo récord, todo hay que decirlo— se la percibía risueña y desenvuelta con todos y cuantos allí nos encontrábamos. Fue una mañana de septiembre, con el curso recién iniciado, algo que se palpaba en las inmediaciones de la localización elegida. Los políticos volvían a las “aulas” y en los alrededores del Congreso de los Diputados se desplegaba un alto dispositivo policial que dificultó la llegada de Isabelle al número 14 de la calle Marqués de Cubas. Casualidades de la vida, nuestra protagonista ostenta actualmente el título de marquesa de Cubas consorte, un guiño curioso que aportaba al encuentro cierto atractivo. Aunque conviene precisar que ambos títulos son completamente diferentes: el de la vía es de carácter pontificio, mientras que el suyo es nobiliario. Allí se encuentra Bar Manero, uno de los últimos booms gastronómicos en la capital. No es para menos. Se trata de toda una oda al buen gusto, que dejó a Junot y a todos los presentes ojipláticos, quienes la observábamos mientras ejercía de maniquí en muchos de los rincones de este singular restaurante, incluso en sus cocinas.
Y es que no hay mejor lugar para ilustrar la historia de Isabelle, quien desde hace algunos años, y tras haberse formado en ello, también ejerce como coach nutricional. Muchos hemos sido testigos de su paso por las cocinas de un afamado talent show, donde se ganó la simpatía de todos los espectadores. Una experiencia que, como tantas otras, ella misma reconoce que le ha ayudado a llegar hasta aquí. “Cada cosa profesional que he hecho me ha llevado un paso más adelante. Me ha dado a conocer, a compartir mi filosofía, cómo pienso, cómo soy… y poco a poco ha ido abriéndome diferentes caminos”. Aquella vivencia también supuso un empujón decisivo para el lanzamiento de su libro, pese a que en los inicios tuviese alguna duda. “Hay como esa primera parte en la que dices: ‘¿Quién soy yo para escribir un libro?’. Siempre pensé que era algo que haría mucho más adelante, con más experiencia y sabiduría, pero es un proyecto que surgió y me hacía mucha ilusión. Tenía interés y quería ayudar”.

Vestido rojo de silueta ajustada con escote palabra de honor y maxi flor, de RUBÉN HERNÁNDEZ; gafas de AQUAZURRA; y pendientes, collar, pulsera y anillos, todo de BVLGARI.

Vestido de color negro con escote barco y falda de rayas blancas y negras, de THE IQ COLLECTION; zapatos de tacón, de AQUAZURRA; y pendientes, pulsera y anillo, todo de BVLGARI.
Hay como esa primera parte en la que dices: ‘¿Quién soy yo para escribir un libro?’. Siempre pensé que era algo que haría mucho más adelante, con más experiencia y sabiduría, pero es un proyecto que surgió y me hacía mucha ilusión. Tenía interés y quería ayudar
En Eat Girl: De la obsesión a la ilusión, se presenta ante sus lectores como su food freedom bestie (tu mejor amiga para lograr una relación libre y saludable con la comida), además de health coach with a twist. Un twist o enfoque que, en sus propias palabras, consiste en “no ser la típica que te diga cuánto y qué debes comer y qué no tienes que comer para adelgazar”. Tal y como manifiesta: “Quiero ayudarte a comer para que te sientas realmente bien, y no solo para verte bien. Quiero ayudarte a entender qué es lo que funciona para ti y qué no, intentando eliminar esa mentalidad de restringir y hacer dietas”. Aunque matiza: “No voy a decirte: ‘Come lo que quieras, cuando quieras’, porque si fuera así, nadie lo conseguiría tampoco”.
A lo largo de toda la publicación, cobra especial relevancia la denominada alimentación intuitiva, un método en el que el protagonista eres tú. Consiste en “estar presente a la hora de comer. Es una manera de comer sin restricciones, lo que no quiere decir que sea una forma de no tener órdenes, estructuras o preferencias. Todo lo contrario: es una forma de volver a poner ese orden y estructura en tu vida, pero por tu cuenta; empezar a permitirte, escucharte y atender lo que te dice el cuerpo”. “Es complicado, porque puede tardar un tiempo, más aún si has pasado años reprimiéndote o silenciándolo”, añade, y apostilla: “Lo que funciona para uno, no funciona para otro. Se trata de normalizarlo para que no sea un tabú y disfrutar sin culpa”. “Por tomar un poco de chocolate, no tienes por qué castigarte haciendo dos horas de deporte al día siguiente”, explica, subrayando la importancia de aceptar y respetar tu propio ritmo.

Isabelle Junot lleva jersey off shoulder confeccionado en 100% cashmere y pantalón de piel, ambos de MON&PAU; bolso y joyas de BVLGARI.
Isabelle ha estado bajo la mirada de la prensa desde niña. Nadie está exento del qué dirán, pero en su caso la presión siempre ha sido mayor. “Lo poco que he visto no me afecta; no entro en esa trampa. Digo: ‘Ok, next’. Y si hay algo de verdad en lo que dicen, lo acepto y sigo adelante”. Además, también debe enfrentarse a una etiqueta cada vez más popular en ciertos círculos, la de “nepobaby”, que, aunque siempre ha existido, hoy se utiliza con otro tono. Sobre ello, Junot comenta con naturalidad: “Obviamente, soy la hija de mi padre, y eso no lo puedo negar, es parte de mi vida. Pero poco a poco vas construyendo tu propio camino, y la gente te conoce por quién eres y por lo que haces”. No hay duda de ello. Es la protagonista de su propia historia.
“Obviamente, soy la hija de mi padre, y eso no lo puedo negar, es parte de mi vida. Pero poco a poco vas construyendo tu propio camino, y la gente te conoce por quién eres y por lo que haces”
En paralelo, cuenta con un perfil en redes sociales (@isa.healthy.life) que atesora miles de seguidores y le permite continuar difundiendo su filosofía y estilo de vida. A través de él, busca “ser un ejemplo para cualquiera que pase por ahí; que comprendan que la vida no debe desperdiciarse ni limitarse por miedo a engordar o a no encajar”. Sobre el contenido que se muestra en estas plataformas, Isabelle reflexiona acerca de la importancia de “vigilar con qué alimentas tu mente cada día a través de lo que sigues y, si no puedes controlarlo, aprender a gestionar cómo lo absorbes”. Considera que “lo mejor sería que cada uno desarrollara la fortaleza necesaria para no caer en la comparación constante ni en la presión de querer lo que tiene el otro”. Además, destaca la importancia de ser consciente de ese círculo vicioso para poder romper con esa dinámica.

Vestido con escote palabra de honor, de REDONDO BRAND; pendientes, anillo y pulsera, todo de BVLGARI.
Para los jóvenes que atraviesan una situación similar a la que ella vivió, marcada por los atracones de comida, la culpa y la posterior restricción, la ya escritora ofrece un consejo: “Que lean mi libro” —bromea—, y añade con determinación: “Dejar de copiar todo lo que ven en las redes, incluyendo lo que yo comparto. Deben pensar, cuestionarse las cosas y descubrir qué es lo que realmente les hace bien”. Y es que en su propio proceso, llegó a una reflexión decisiva: “No quiero estar a dieta el resto de mi vida”. Entendió que las dietas pueden ser comunes, pero no por ello normales.
Desde hace algunos años, y tras haber recorrido distintas ciudades alrededor del mundo, Isabelle ha encontrado en Madrid su hogar, “el mejor sitio para vivir”. Aquí disfruta de todo lo que ha construido en este último año, guiada por una de sus máximas vitales: “Cuanto más fallas, más aprendes. No hay que tener miedo a fallar”.
Hoy, al mirar atrás, probablemente le cueste imaginar todo lo que ha conseguido. Su recorrido, lleno de retos, aprendizajes y reinvención, le ha llevado a convertirse en el reflejo de su propio mensaje. Y, fiel a su estilo, solo podría resumirlo con una de sus expresiones favoritas: “Alucino pepinillos”.

Vestido mini palabra de honor y bicolor, elaborado en satén a rayas, de THE 2ND SKIN CO.; medias de CALZEDONIA, zapatos de tacón de MAGRIT; y joyas de BVLGARI.



