“Comer bien en el centro de Madrid es casi misión imposible”, repiten muchos madrileños con resignación. Es cierto que el turismo acapara buena parte de la oferta hostelera que ofrecen los alrededores del kilómetro 0, pero no todos los restaurantes se dejan arrastrar por esa corriente. Basta aventurarse unas calles más allá del bullicio para descubrir que la capital todavía guarda secretos capaces de reconciliar a cualquiera con el placer de la buena mesa.
En la calle de Los Madrazo, una arteria discreta pero rodeada de historia y poder, entre el Congreso de los Diputados, el hotel Four Seasons y la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, se ubica La Cuadra de Salvador, un steakhouse limeño que ha desembarcó en la ciudad antes del verano para desafiar clichés y encender brasas.
Su propuesta combina la maestría de la parrilla con el alma vibrante de la gastronomía peruana, ofreciendo una experiencia donde la técnica, el producto y la pasión se dan la mano. En muy poco tiempo, se ha posicionado como uno de los destinos imprescindibles para los amantes de la carne y los sabores auténticos. Y, con la llegada de las fiestas navideñas, puede ser la ocasión perfecta para descubrir, o redescubrir, el sabor y la calidez de “la cuadra” más castiza.
El sabor del fuego con alma limeña
Nacido en Lima en 2013 como un homenaje familiar a Salvador, una figura entrañable en la vida de los fundadores, este emblemático steakhouse se convirtió rápidamente en un referente culinario en Perú, expandiéndose a cuatro locales antes de mirar más allá de sus fronteras. Tras una década de brasas, aromas y recetas que combinan tradición y maestría, Madrid se convirtió en su primera parada internacional, un escenario perfecto para llevar el fuego de la parrilla limeña y la calidez de su hospitalidad a un nuevo público.
“Queríamos rendir homenaje a nuestras raíces y conectar con la gran comunidad peruana que vive aquí”, explica Pedro Pablo Pazos, CEO del grupo, quien lidera la expansión de la firma con la misma pasión que se respira en sus cocinas y en cada uno de los espacios que este local atesora.
La Cuadra de Salvador destaca por ofrecer cortes premium como el Black Angus USDA Prime o el wagyu japonés A5, preparados en un horno broiler de alta temperatura que concentra los jugos y potencia la textura de cada pieza. A su lado, platos emblemáticos como los anticuchos de Salvador, el lomo saltado o el ossobuco al maíz morado rinden tributo a la tradición peruana con una interpretación contemporánea.
Todo se sirve bajo un techo de estalactitas doradas, iluminadas con delicadeza, en una sala presidida por una imponente pared reconvertida en bodega que invita a brindar sin importar la ocasión.


Y por si fuera poco… maridaje a la altura

La experiencia en La Cuadra de Salvador no se limita a sus cortes y platos emblemáticos. Cada propuesta culinaria se ve acompañada por una cuidada selección de bebidas pensada para realzar sabores y texturas. Su extensa carta de vinos ofrece etiquetas nacionales e internacionales, desde tintos robustos que potencian la intensidad del wagyu hasta blancos frescos que armonizan con los sabores más delicados de la cocina peruana.
Pero la experiencia va más allá del vino. La coctelería del restaurante, inspirada en los sabores del Perú, combina ingredientes autóctonos como el pisco, frutas tropicales y hierbas aromáticas, dando lugar a combinaciones originales que refrescan y sorprenden al paladar. Cócteles clásicos reinventados y creaciones exclusivas se convierten en la antesala perfecta para una comida memorable, o en el broche ideal tras una jornada en la capital.


