Fotografía ROBERTO MAROTO
Las inclemencias meteorológicas —bochorno incluido— parecían querer aguar, una vez más, esta nueva entrega de ‘La familia que eliges’. Pero no, no nos iban a detener. Era la noche de San Juan y, entre el calor y la amenaza de tormenta, un verdadero oasis se abría paso en casa de Germán Álvarez, cofundador, junto a José Manuel Fernández, también presente, del estudio Cuarto Interior. Hasta allí llegó Sofía Bono, acompañada por Gala, una de sus inseparables, que no tardaría en encontrarse con otro de su misma especie.
Nos abre las puertas de su casa Germán Álvarez, director creativo del estudio de interiorismo Cuarto Interior. También nos espera José Manuel Fernández, director ejecutivo y cofundador del estudio, ese otro pilar sin el cual la firma no tendría el mismo pulso ni el mismo genio. Juntos dan forma a un sello que ha sabido conquistar con estilo propio y una visión muy afinada del diseño.
Ese día, cruzar el umbral de su hogar era como colarse en una de esas míticas series familiares americanas, donde todo parece fluir con una naturalidad entrañable: niños correteando, perros observando y una atmósfera donde lo doméstico se mezcla con lo creativo. En un frondoso jardín, presidido por una imponente piscina, nos recibe para dar rienda suelta a una larga conversación sobre el pasado, el presente y el futuro —en lo profesional, en lo personal y, cómo no, también en lo animal.
¿Recuerdas ese momento en el que sentisteis que la arquitectura —o el interiorismo— era más que una carrera, casi una forma de estar en el mundo?
Sí, desde el principio entendimos el interiorismo como una manera de crear experiencias, no solo espacios. Es una forma de mirar y habitar el mundo, de cuidar los detalles que hacen que un lugar tenga alma.
¿Cómo nació Cuarto Interior? ¿Hubo alguna experiencia, quizás inesperada o incluso difícil, que os llevó a tomar la decisión de crear vuestro propio estudio?
Nació de una necesidad natural de independencia creativa. Queríamos un espacio donde diseñar desde la emoción, sin filtros, con libertad. Empezamos desde cero, con muchas ganas y pocos medios, pero con una visión clara.
Trabajar mano a mano con otra persona puede ser un arte en sí mismo… ¿Qué habéis aprendido el uno del otro en este camino que compartís, dentro y fuera del estudio?
A confiar. Y a saber que el otro siempre ve algo que tú no estás viendo. Esa diferencia es lo que enriquece todo.
Germán, estamos haciendo esta entrevista en tu casa. ¿Cuánto de tí y de vuestro estudio hay aquí? ¿Cómo describirías su estilo?
Mucho. Esta casa es un reflejo íntimo de lo que hacemos en el estudio: calidez, armonía y carácter. Es sobria, con alma y con historia.
¿Tienes algún objeto, rincón o pequeña colección que te recuerde quiénes sois más allá del trabajo?
Sí, hay piezas que hemos traído de viajes, libros marcados, objetos que nos acompañan desde hace años. Pequeñas cosas que nos conectan con lo esencial.
¿Qué significa para ti abrir las puertas de tu casa? ¿Qué hay detrás de ese gesto de recibir?
Es compartir una parte muy personal. Es dejar entrar a alguien en lo que somos, no sólo en lo que hacemos.
¿Pensaste este hogar como un lugar para celebrar la vida con otros, para crear recuerdos? ¿Hay alguna reunión o celebración aquí que haya dejado una huella especial en ti?
Sí, es una casa para vivirla. Hemos celebrado momentos muy especiales, cenas improvisadas que se alargan. Recientemente celebré mi cumpleaños y fue un momento que quedó grabado como historia de esta casa.
¿Qué representa para vosotros vivir con animales? ¿Qué os enseñan sobre lo cotidiano o el amor?
Lo cambian todo. Nos enseñan a estar más presentes, a bajar el ritmo y a disfrutar de lo simple.
¿Qué rol juegan ellos en esta casa?
Son los jefes. Se adueñan del sofá, marcan los horarios y siempre saben dónde está el mejor rincón del día. Nosotros solo intentamos seguirles el ritmo
¿Creéis que su presencia ha influido en la forma en que pensáis los espacios y los diseños? ¿Cómo los veis?
Muchísimo. Nos recuerdan que un espacio debe ser vivido, no sólo admirado. Diseñamos pensando también en ellos. Son familia. Y también maestros en muchas cosas que olvidamos por la prisa.
¿Qué viene ahora para Cuarto Interior?
Seguir creciendo sin perder lo esencial: crear lugares que emocionen, que cuenten una historia, que dejen huella. Porque, al final, de eso se trata: dejar huella. Y ellos lo han conseguido.