Pilar Dalbat: «tejidos rústicos hechos para obtener un nuevo hilo, economía circular pura y dura»

Por Marta Martín.

A 15 de Febrero de 2023, Madrid comienza la semana más esperada para los amantes de la moda con una diseñadora que acapara todos los medios de comunicación. Pilar Dalbat es una de las elegidas para abrir el primer día de la semana de la moda en la capital, pero fuera de las paredes del recinto de Ifema. COAM, el colegio Oficial de arquitectos de Madrid nos invita a conocer de la mano de la diseñadora, Buxaira, la nueva colección con la que deleitará a un número reducido de espectadores en un escenario minuciosamente cuidado y detallado.

No es casualidad la elección de la diseñadora de esta localización tan especial ya utilizada en su anterior colección presentada en la capital. La granadina guarda una estrecha relación con la arquitectura en su trayectoria, la fusión entre ambas disciplinas, moda y arquitectura, suelen ir de la mano en sus colecciones y es un factor importante que además consigue dar forma y personalidad a la marca España y al slow fashion que caracterizan su trabajo.

La arquitectura, definida por la RAE, es algo así como “el arte de proyectar y construir edificios”, una muy pequeña definición para tan gran palabra. Esta disciplina está presente en nuestra vida, vivimos en arquitectura, creamos momentos en ella y nos reímos y nos enamoramos en su presencia. La arquitectura tiene memoria, cuenta una historia, las llora y, a veces, es responsable de hechos tan atroces que la recuerdan para la eternidad como un dolor irreparable.

Hace aproximadamente una semana Lión Siminiani director de cine, era galardonado por la academia del cine con un Goya. Arquitectura Emocional [Cortometraje] se llevaba la estatuilla a mejor cortometraje de ficción, una narración sobre la importancia de esta en nuestras vidas y el impacto, muchas veces de manera inconsciente, que produce en nosotros mismos. Me parecía un buen momento para nombrar esta producción que tan aislada se siente del cine pero que tan cerca está de nosotros.

Son muchos los diferentes ámbitos artísticos que se dan de la mano con la arquitectura para llevarla a un público más amplio y bajo la forma de otras disciplinas, en este caso nuestra protagonista, ahora sí, la moda.

Siluetas rectas y anchas en abrigos y pantalones, conjuntos de dos piezas ajustados a la cintura encabezados por largos y finos fulares, algunas de las prendas adornadas con piezas perfectamente milimétricas de metacrilato y cristal y confeccionadas en piel, ante y pana comienzan dando forma a la colección.

Hay un tejido que no puede evitar sobresalir entre los demás, es un tejido presente en pantalones, capas, vestidos y chaquetones. El tejido que guía la colección, hecho a mano, sostenible y que cuenta una historia de esas que ya no resuenan más que por los rincones de las calles de una ciudad en concreto, en este caso, Granada. El textil es obra del último telar que podemos encontrar en las Alpujarras. Un patrimonio histórico que se adapta a la necesidad del planeta: fomentar la economía circular utilizando restos de tejidos convertidos en nuevos hilos con la etiqueta de 0 residuos, 0 gastos y 0 químicos.

La colección fluye dinámicamente entre tonos marrones, blancos, negros y alguna que otra pincelada de color rosa y verde que reflejan la abstracción digitalizada más conceptual de las imágenes de esos balcones repletos de flores.

El escenario cumple un papel casi tan importante como el de la prenda, siendo este el encargado de aportar un minimalismo en tonos tierra, con formas orgánicas, un corte limpio y la madera como protagonista tanto en las piezas que forman el camino de la pasarela como en las plataformas que todas las modelos calzan.

Todo se transforma en segundos y comienzan a aparecer tejidos brillantes de seda y crepe en siluetas vaporosas. Cristales y plumas adornando blusas pintadas a mano y vestidos con aberturas y transparencias colocadas cuidadosamente y que dotan a las prendas de sofisticación y elegancia.

Nuevos colores como el dorado, el añil o el verde, cierran la colección que rinde homenaje al matriarcado y a sus oficios tradicionales, de un lugar donde la preservación del patrimonio cultural y artístico es un deber de todos.

Gracias a Buxaira, la indomable, hoy se reivindica una vez más como el papel de la moda en la sociedad puede acercarnos a temas tan importantes como este y a recordarnos, en este caso, que el patrimonio cultural es nuestra memoria, y que sin memoria no queda identidad.

 

 

 

 

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