JLR aprovecha el potencial de la IA para proteger y reforzar la cadena de suministro

JLR ha anunciado una nueva colaboración con Everstream Analytics, líderes en el sector de los análisis de riesgos y la creación de mapas de cadenas de suministro, para integrar la IA en la gestión de la cadena de suministro de JLR.

 

Al usar esta nueva tecnología, JLR puede supervisar su cadena de suministro en tiempo real para evitar cualquier problema futuro de suministro global, y proteger la producción de sus modelos actuales y de la próxima generación de vehículos totalmente eléctricos.

 

La tecnología analiza los datos con IA, métricas predictivas, aprendizaje automático e intuición humana para identificar posibles incidentes, como desastres naturales, huelgas, violaciones de datos o problemas de exportación en un mapa global, lo que avisa a JLR de cualquier impacto potencial en su cadena de suministro.

 

Esta función se actualiza en tiempo real y lleva a cabo acciones para evitar alteraciones en procesos industriales que podrían afectar a la producción y aumentar los costes.

 

La crisis de los semiconductores y la pandemia global sin precedentes provocaron graves alteraciones en la cadena de suministro automotriz. Gracias al trabajo incansable de sus equipos dedicados a garantizar el suministro, JLR está saliendo de este periodo de alteraciones, lo que permite el crecimiento trimestral de los volúmenes de producción y venta al por mayor a partir del tercer trimestre del año fiscal 2023.

 

JLR presenta la tecnología de Everstream dentro de una estrategia más amplia para crear un vanguardista ecosistema de suministro con capacidad digital que ofrece una seguridad y visibilidad integrales. La información que ha recabado Everstream ya ha servido para que JLR tome medidas constructivas para evitar problemas en los puertos de carga internacionales con el fin de facilitar la entrega de vehículos a los clientes.

 

Barbara Bergmeier, Executive Director de Industrial Operations de JLR: Una parte de nuestra estrategia Reimagine consiste en crear un sólido ecosistema de operaciones industriales centrado en la digitalización que se base en tecnología avanzada y relaciones estratégicas a largo plazo para conseguir una visibilidad integral de los impactos globales en un mundo cada vez más imprevisible».

 

 «Gracias a esta colaboración con Everstream Analytics, podemos aprovechar el potencial de la IA para gestionar riesgos de forma proactiva antes de que alteren la producción, y garantizar así que mantenemos la resiliencia y podemos cumplir las promesas que hacemos a nuestros clientes. Anticiparnos a los problemas será aún más importante cuando desarrollemos una nueva cadena de valor para la próxima generación de codiciados vehículos eléctricos modernos de lujo».

 

Julie Gerdeman, Chief Executive Officer de Everstream Analytics: «Las cadenas de valor globales que necesitan los vehículos electrificados tienen estructuras muy complejas. La visibilidad y la información sobre los proveedores que ofrece Everstream Analytics gracias a la IA permiten a JLR mitigar riesgos de forma proactiva, aumentar la agilidad y potenciar la resiliencia de la cadena de suministro. Nos llena de orgullo poder colaborar con este líder visionario en su compromiso por impulsar un cambio positivo y sostenible en el sector de la automoción».

Un día más en la guerra de Ucrania

Texto de Anna Milian

Madrid, 5 de marzo 2022.
Anna, 38 años.

«Hoy es sábado. Esta palabra no significa nada durante la guerra. Como lunes, o jueves, o cualquier
otro día. Todos se vuelven iguales.» Escucho decir a Zelenski. Yo no estoy en la guerra, pero también para mí se han vuelto iguales todos los días. Empiezo cada mañana mirando la prensa.

Actualizo compulsivamente; creo que hay una parte de mí que tiene la esperanza de que en una de esas actualizaciones las noticias sobre la guerra de Ucrania desaparecerán, como la pesadilla que se borra con la llegada de la mañana.

Estoy pendiente del teléfono desde la madrugada: mi tío está llevando a mis abuelos, mayores y enfermos, desde Kyiv hasta Lviv, una ciudad a 600 kilómetros al oeste de Kyiv -la misma distancia que separa Madrid de Lisboa-.

Después de pasar el día anterior buscando gasolina, salieron esta mañana. Controles militares, atascos kilométricos, vehículos abandonados en la calzada: tal es el paisaje en el que pasaron las siguientes 18 horas, llenos de miedo por lo que pudiera suceder. Lo único que puedo hacer es darles ánimo, no dejarles ver que mi corazón se estremece de angustia.

Estoy sentada en el salón de mi casa, cálida y luminosa, en pleno corazón de Madrid. No escucho tiroteos, ni misiles, ni tengo que refugiarme de las bombas que están surcando el cielo de Ucrania. Cuando abro la ventana veo un cielo azul; escucho a unos niños chillar y a los padres reírse.

Me alegra sentir que aún hay felicidad en el mundo, pero las únicas sensaciones que experimento en estos días son las de la incredulidad, la tristeza, la rabia y la impotencia, que me retuerce por dentro. Me duele la cabeza desde hace diez días. La sangre zumba en mis sienes y la tensión me agota a la vez que me mantiene en un estado de alerta constante. Tengo la mente nublada y mis pensamientos están dispersos, me cuesta acabar una frase porque cuando voy por la mitad se me olvida el resto.

Salgo a la calle a comprar algo de fruta y de nuevo tengo la sensación de que estuviera viviendo en una película. Comprar fruta parece absurdo. Sonreír a la mujer que me atiende, también. Pero lo hago, porque seguir viviendo significa no rendirse al mal.

Subo a casa y llamo a mi padre. Me dice que está tumbado en la cama porque le duele la espalda -ha pasado la noche en el refugio, sentando en un taburete-. Lo imagino ahí, en su dormitorio. La última vez que visité su casa en fue Kyiv, fue en febrero de 2020, justo antes del confinamiento.

Me cuenta que por la mañana fue a comprar un poco de leche fresca pero que no encontró, no han traído alimentos frescos desde que comenzó la guerra hace diez días; y que después se acercó al cuartel más cercano para alistarse -pasó tres años en el ejército soviético, y a pesar de sus 65 años se sentía preparado para luchar contra los invasores rusos-. Le dijeron que de momento no aceptaban personas mayores de 50 años; por la tarde subieron el límite de la edad a 60. Intento convencerle de que se vayan de Kyiv, pero el novio de mi hermanastra está en el ejército y ella no se quiere mover. Poco después de colgar con él me llama una amiga. Ella tampoco vive en Ucrania, pero su madre está en Kyiv y no logra salir porque no está dispuesta a abandonar a su perro, que ya está viejo.

Sigue habiendo trenes, ahora gratuitos, pero no hay sitio para los animales. El tren de Kyiv a Lviv tarda diez horas, y la gente se las pasa de pie, apretados los unos contra los otros. En los andenes hay cientos de animales abandonados: no puedo imaginar el trauma psicológico de una persona que se ve obligada a abandonar a su querida mascota para salvar la vida de su hijo.

Así paso otra tarde y noche, hablando con gente y preocupada por mis compatriotas, mis seres queridos, por mis abuelos, que, hace unos minutos, a las tres y media de la madrugada, se acostaron dentro del coche, parado en medio de un campo desolado, a siete grados bajo cero, dentro de un país sumido en la guerra.

 

Kyiv, 5 de marzo de 2022.
Natalia, 45 años.

Hoy me desperté a las siete de la mañana, en mi casa; anoche no bajé al refugio. Se oyeron disparos durante toda la noche, pero no parecían venir de cerca. Subí las persianas. Vi cómo dos familias más de nuestro edificio cargaban sus cosas en el coche y se preparaban para marcharse. Todos se van al oeste del país, a Lviv o Ivano-Frankivsk. Siempre me entristece ver a la gente irse de Kyiv, mi corazón se llena de inquietud. Así empieza un día nuevo.

Hago mis ejercicios, me ducho, desayuno con desgana. Paseo a los perros cerca de la casa. Llamo a mi madre para saber cómo se encuentra. Recibo un mensaje en la aplicación del móvil que me avisa del inminente bombardeo. No me da tiempo a bajar al refugio, así que me siento en el pasillo
-el lugar más seguro de mi piso- hasta que la señal indica el fin del bombardeo.

Vuelvo al salón y pongo las noticias. Las estoy viendo cuando, de pronto, se produce la llamada
que llevaba esperando durante todos estos diez días tan difíciles: llama mi amiga Yaroslava.

Yaroslava, su marido, y su hijo de cinco años fueron tomados como rehenes de los soldados rusos durante los primeros días de la guerra, mientras se encontraban en su casa de Dymer, un pequeño pueblo en las afueras de Kyiv. Durante todo este tiempo Yaroslava y su familia se habían estado escondiendo de los bombardeos y de los tiroteos en el sótano de su casa. Sin calefacción, sin electricidad, sin comida (cada tres días los ocupantes les tiraban por encima de la valla un trozo de pan, que ellos repartían para sobrevivir). Todo esto lo hacían con un solo objetivo: salvaguardar la vida de su hijo. Yaroslava me dijo que hoy se les había dado una extraordinaria oportunidad para salvarse: los ocupadores habían decidido a soltarlos, a ellos y a algunas familias más que tenían hijos pequeños, y dejarlos salir de aquella trampa infernal. Solo me dio tiempo decirles que los esperaba, que iría a buscarlos a cualquier parte de Kyiv. En este momento se cortó la llamada. Yaroslava ya no responde. La conexión se ha vuelto a perder. Se me parte el corazón de tanta tristeza, pero sigo con la esperanza de que todo saldrá bien, y de que pronto volveré a ver a mi amiga y a su familia.

El tiempo pasa mientras espero la llamada de Yaroslava. El día está llegando a su fin, y sigo sin tener noticias de Yaroslava. Mañana esperaré su llamada de nuevo; no perderé la esperanza.

La esperanza es lo único que tenemos ahora mismo. La esperanza, y nuestra fe en la victoria de Ucrania, en nuestra victoria sobre la oscuridad.

#ELLASganan

#ELLASganan la exposición de arte solidaria protagonizada por mujeres deportistas

#ELLASganan, en el Hotel InterContinental (Salón Continente)

  • La revista FEARLESS ® comisaria y organiza una muestra colectiva de artistas jóvenes y consagrados que intervienen fotografías protagonizadas por deportistas mujeres que se podrá ver en el Hotel InterContinental (Salón Continente)
  • La colección de las obras de la atleta paralímpica Sara Andrés Barrios, intervenidas por Fabiola Martínez y Kike Osborne (así como otras madres voluntarias), se destinarán íntegramente a la Fundación Bertín Osborne*

7 de marzo, Premios ‘Mujer Fearless 2022’

El próximo lunes 7 de marzo se celebran los Premios ‘Mujer Fearless 2022’ se inaugurará en el Salón Continente del Hotel InterContinental la exposición #ELLASganan Una expo de arte colectiva, protagonizada por 16 mujeres deportistas, cuya fotografías son intervenidas por diferentes artistas plásticos.

Han posado las deportistas Carolina Marín (bádminton) y Lucía Martiño (surf) para el fotógrafo Juan Carlos Vega; y Yohana Alonso (muay thai), Amanda Sampedro y Deyna Castellanos (fútbol), Desirée Vila y Sara Andrés Barrios (atletismo paralímpico), Noemí Jiménez (golf), Anna Godoy (triatlón), Sara Hurtado (danza libre sobre hielo), Marta Coral (kung fu), Roxana Popa (gimnasia artística), Atenery Hernández (halterofilia), Patricia García (rugby), Sara Saldaña (natación sincronizada) y Sandra Sánchez (kárate) para Miky Guerra.

Los artistas que intervienen y reinterpretan las fotografías son Miguel Caravaca, Guiomar Álvarez de Toledo, Ricardo Bauer, Arena Martínez, Nacho Pola, Cristóbal Tabares, Juan Lloret, José Luis Ramírez Portolés, Igor Navaro, César Garrik, Bea Aguilar Caruncho, Álvaro Pardal, David de Partida, André Zottich y Julián Ratatine.

Arte solidario, con la Fundación Bertín Osborne

Destaca en especial 10 obras de Sara Andrés Barrio intervenidas por madres voluntarias de la Fundación Bertín Osborne, cuya recaudación de la venta se destinará íntegramente a los proyectos de la Fundación. Del resto de las obras, el 10% de la venta será destinada a la misma entidad sin ánimo de lucro.

Toda la aportación será invertida en el desarrollo de +Family, servicio integral y gratuito 24 horas los 365 días del año para ayudar a familias de personas con discapacidad, mediante una aplicación para móvil, un teléfono de atención e información gratuita y personalizada, y formaciones gratuitas presenciales.

La exposición se podrá visitar todo el mes de marzo

La reserva para adquirir una obra puede realizarse mediante un correo a info@fearless.es

MÁS INFORMACIÓN Y MATERIAL: aespinosa@fearless.es