PANDEMONIUM, los espumosos riojanos nacidos en viñedos de montaña
Aunque en la actualidad las laderas más altas de la zona del Alto Najerilla, en La Rioja, están cubiertas en su mayoría por cereal, hasta bien entrado el siglo XX también las poblaban multitud de viñedos. Esta zona atesora una tradición vitícola milenaria, como demuestran las variadas referencias a la viticultura que encontramos en los textos de la biblioteca del Monasterio de Yuso, ubicado en el corazón de la comarca. De allí procede la familia de José Miguel Arambarri Terrero, fundador de la Compañía de vinos Vintae, nacido en Badarán, un visionario que ya a principios de los dos mil vislumbraba el potencial del Alto Najerilla para la elaboración de vinos espumosos frescos, verticales y con una finura singular.
En 2015, su inquieto sucesor al frente de Vintae, su hijo Richi Arambarri, puso en marcha el proyecto con un estudio del clima y los suelos en la zona. Quería comprobar si ese sueño de su padre era viable. Colaboraron en el estudio Fernando Martínez de Toda, catedrático de viticultura de la Universidad de La Rioja, y el experto en espumosos Jean Pierre Valade, originario de Champagne. Las conclusiones fueron claras: algunas zonas del Alto Najerilla cumplían con los requisitos más exigentes para la elaboración de espumosos de calidad. De hecho, se comprobó que la integral térmica de la zona era muy similar a las de la Montaña de Reims, el corazón de Champagne. Ambas zonas comparten también unas precipitaciones acumuladas muy similares, pero en el Alto Najerilla se concentran en invierno y primavera, propiciando un estado sanitario de la uva excepcional en el momento de la vendimia, en el mes de septiembre.
Con esos mimbres, Vintae se lanza a elaborar una primera añada, la 2015, partiendo de viñedos de Garnacha Tinta y Viura plantados en torno a los 700 metros de altitud, casi hasta alcanzar el límite de los robledales de la sierra. Elaborados según el método tradicional por Raúl Acha, director técnico de Vintae, el resultado fueron dos espumosos, un Blanco de Blancas y un Blanco de Tintas, con una frescura única y una pronunciada acidez. Dos vinos que ya auguraban que este rincón escondido podría poner a La Rioja en el mapa internacional de las burbujas. La 2016 también resultó ser una añada excelente, aunque estas dos primeras elaboraciones contaban con una producción muy pequeña. Tras unos años en los que los vinos no alcanzaron los altos requisitos de calidad exigidos por Vintae para Pandemonium, a partir de la añada 2020, Raul Acha y Pedro Balda, director de I+D de Vintae, consiguieron alcanzar los elevados estándares que buscaban para crear estos espumosos únicos.
EL ALTO NAJERILLA
Esta pequeña región, custodiada por San Millán de la Cogolla, ocupa la cara más septentrional de la Sierra de la Demanda, el techo de La Rioja y su frontera natural con Soria y Burgos. Por su altitud y orientación al norte, el Alto Najerilla es la zona más fresca y con una de las menores integrales térmicas (sumatorio de temperaturas medias diarias) de toda La Rioja. Las influencias continental y atlántica y la elevada altitud de la zona (antaño llamada el Somontano riojano) dan lugar a un clima continental frío, lo que se traduce en uvas menos alcohólicas y de mayor acidez, pero con una perfecta maduración.
El otro elemento que marca profundamente el carácter del Alto Najerilla son sus suelos, en su gran mayoría arcillo ferrosos y con mucho componente pedregoso, una combinación que potencia el carácter mineral de los vinos. Además, gracias a la tradición de sus pueblos, posee una gran cantidad de viñas viejas, conservadas de generación en generación, y una alta concentración de cepas de la variedad Garnacha, que está demostrando su gran vocación para elaborar espumosos.
UN NUEVO PARADIGMA DE ESPUMOSOS EN ESPAÑA
Desde tiempos inmemoriales, este rincón de la geografía riojana ha atraído a la más profunda espiritualidad. Cargado de energías y misticismo, allí se instaló el eremita San Millán en el siglo V, dando origen al monasterio, centro neurálgico del conocimiento en la Península durante siglos y cuna de las primeras palabras escritas en castellano y en euskera.
En medio de todo esta contemplación y sabiduría, también vitivinícola, Pandemonium llega para crear un nuevo estilo de vino espumoso en España, más a lado, con un frescor y una finura muy singulares.
Su pronunciada acidez lo convierte en un vino exclusivo, de burbujas sutiles y suaves, pero a la vez vibrantes y enérgicas que aguantan en la copa hasta el final. Esa frescura proveniente de la alta acidez y de la vendimia temprana, encuentra el equilibrio perfecto con la complejidad que le aporta la larga crianza en contacto con sus lías, lo que a su vez le proporciona una enorme sensación de cremosidad en el paladar. Ambas referencias, el Blanco de Blancas y el Blanco de Tintas, son vinos elegantes, redondos, muy armónicos y largos.
LA RECUPERACIÓN DE UN CULTIVO HISTÓRICO PARA LA ZONA
Pandemonium es, además, un proyecto que mira hacia las siguientes generaciones, ya que viene a demostrar ese potencial para elaborar vinos espumosos que José Miguel Arambarri vio en la zona, y busca recuperar la tradición vitivinícola de muchos pueblos que históricamente habían cultivado el viñedo durante milenios. Y es que, por su altitud, su climatología y la vocación vitícola de sus suelos, esta es una zona perfecta para combatir los efectos del cambio climático en las cepas riojanas.
Para profundizar en las posibilidades del Alto Najerilla, Vintae planicó y puso en marcha en 2016 la plantación de un viñedo experimental en Villaverde de Rioja, a casi 900 metros de altitud. Bajo la dirección de Pedro Balda, Doctor en Enología y director de I+D de Vintae, en este viñedo experimental de dos hectáreas plantadas en cordón vertical con un tutor en cada cepa, se está estudiando con excelentes resultados la adaptación al terreno y al clima de variedades minoritarias locales como la Maturana Blanca, Turruntés, Tempranillo Blanco, Garnacha Blanca y Trepat.