El nuevo concepto del lujo con Francesc Escanez, CEO de ATLANTIDA TRAVEL

¿Cómo se convierte un viaje en un viaje de lujo? 

En Atlantida Travel entendemos el lujo como un conjunto de elementos y servicios que brindan comodidad, exclusividad y atención personalizada, entre otros, para elevar cualquier experiencia. Si bien la interpretación del lujo es muy subjetiva, para nosotros tiene mucho que ver con el tiempo invertido. Es como un bajo continuo en una melodía, es lo que da soporte y estructura a cada etapa del viaje, desde la fase de diseño misma, en la que tenemos muy en cuenta las preferencias del cliente y lo que espera del viaje. El resultado se traduce en propuestas culinarias excepcionales, actividades culturales fuera de los circuitos habituales con guías especializados, alojamientos con un encanto especial o propuestas de bienestar a medida, por nombrar solo algunas opciones. 

 

¿Cuáles son las principales diferencias entre un viajero de lujo y uno convencional?

Aquí influyen mucho las prioridades de cada uno, desde luego, pero podríamos decir que el viajero convencional se centra más en la funcionalidad, y vive experiencias más accesibles y compartidas, universales, junto al resto de viajeros. Para ilustrarlo mejor: un viajero convencional hará la cola habitual y visitará la Galería de la Academia en Florencia, que alberga el David de Miguel Ángel, y un viajero de lujo nos pedirá, como ya nos ha pasado anteriormente, que organicemos una cena privada a los pies de la famosa escultura. 

 

¿Cómo ha evolucionado el concepto del lujo en los viajes en los últimos 10 años?

El concepto del lujo en los viajes se ha transformado de forma radical en la última década, adaptándose a las nuevas expectativas y preferencias de los viajeros. Aspectos como la sostenibilidad han ido cobrando mayor importancia a la hora de organizar viajes, un cambio de conciencia indispensable para minimizar el impacto en el medio ambiente, dando lugar a un turismo más responsable y respetuoso. A su vez, vemos cómo se cambian las comodidades materiales por experiencias, actividades e itinerarios personalizados y que nos permitan sumergirnos de lleno en el destino. Podríamos decir que el concepto del lujo en los viajes está virando hacia un lado más holístico y de conexión con lo local.  

 

¿Cómo ha influido la pandemia en la organización de viajes de lujo?

La pandemia supuso un duro golpe para muchos sectores y, como es bien sabido, el de los viajes fue uno de los más afectados debido a las restricciones de movilidad impuestas a nivel global. Afortunadamente, la recuperación de los viajes de lujo fue rápida, mucho más de lo que creíamos en un principio, dado que había una gran demanda contenida para volver a viajar de nuevo una vez se rebajaron las medidas de entrada en cada país. Después de estar encerrados en casa, había muchas ganas de pasar tiempo al aire libre, y a raíz de ello creció exponencialmente la demanda de viajes de lujo con el foco puesto en el contacto con la naturaleza y en destinos menos concurridos. Y si bien la privacidad ya era un componente ineludible en los viajes de lujo, tras la pandemia se acrecentó todavía más. La demanda por islas privadas, por ejemplo, ha crecido desde entonces. 

 

¿A qué retos se enfrenta actualmente el turismo de lujo? 

Destacaría la necesidad de innovar continuamente en productos y servicios, manteniéndonos siempre al día de las últimas tendencias, de forma que nos permitan anticiparnos a las necesidades del viajero. Hay una gran competencia en el mercado, por lo que es imprescindible marcar la diferencia a través de experiencias únicas y de un buen asesoramiento y acompañamiento durante todo el proceso.  

Asimismo, el turismo de lujo debe responder con celeridad a la creciente demanda de viajes sostenibles y adoptar prácticas que impulsen un turismo más respetuoso con el planeta. En este sentido, queda todavía un largo camino por recorrer. 

La integración de la tecnología para mejorar la experiencia del cliente es otro de los desafíos a los que nos enfrentamos, pues hay que encontrar un equilibrio entre las ventajas que aporta, que son muchas, pero sin renunciar a la personalización de los servicios y al (tan necesario) contacto humano.  

Y, desde luego, no podemos obviar que el complejo contexto social, económico y político a nivel global también incide de forma decisiva en la evolución del sector. Navegar entre tanta incertidumbre, con tantos frentes abiertos, no es tarea fácil.

 

¿Lujo y sostenibilidad pueden ir de la mano? 

Sin lugar a dudas. Desde hace años, en Atlantida Travel participamos activamente en diferentes iniciativas de sostenibilidad y conservación del medio ambiente. La sostenibilidad en el turismo de lujo se ha convertido en un tema relevante y prioritario en la industria. Estos últimos años hemos detectado que la conciencia ambiental y social ha crecido, nuestros clientes buscan opciones que no sólo ofrezcan experiencias exclusivas, sino que también sean respetuosas con el medio ambiente y socialmente responsables. Cada vez más estamos reservando hoteles y resorts de lujo que adoptan prácticas de construcción y diseño que minimizan el impacto en el entorno. Del mismo modo, estamos implicados en una estrecha colaboración con las comunidades locales de diferentes destinos, especialmente en África.

 

¿Cuáles son los destinos más demandados por los clientes con alto poder adquisitivo?

Registramos habitualmente una alta demanda para islas exóticas, sobre todo para viajes de luna de miel; también, y muchas veces combinado con, destinos asiáticos como Japón o Indonesia; y diversos países de África donde hacer safaris fotográficos (Tanzania, Zambia, Botsuana, entre otros). Las escapadas a destinos europeos nunca pasan de moda.

 

¿Existen experiencias de lujo a precios más asequibles?

Uno de los componentes que más inciden en cualquier viaje de lujo es siempre el transporte, en especial el aéreo y cuando se realiza en Business Class, First Class o en vuelo privado. Por lo tanto, en ocasiones podemos ahorrarnos esa parte cuando viajamos en nuestro propio país de origen, y así invertir más en el alojamiento o en las experiencias en destino. Afortunadamente, en España disponemos de una amplia gama de hoteles y resorts de altísimo nivel, que se pueden acompañar de experiencias únicas, desde visitas privadas a museos o, colecciones de arte, hasta reuniones privadas en los ateliers de los artistas, pasando por una cena privada por un chef con estrella Michelin.

 

¿Qué tendencias de viaje estáis identificando para este verano?

En destinos cercanos, las islas y playas del Mediterráneo (Cerdeña, Sicilia, islas griegas) compiten con los destinos más frescos del norte de Europa, en especial Noruega e Islandia. En la larga distancia, este año tienen una gran demanda los safaris en África, pero también Indonesia, Japón, Colombia y Perú.

 

¿Estáis registrando un aumento de la demanda este verano respecto al anterior? 

Aunque el viajero español sigue reservando con poca antelación a la fecha de salida del viaje, en estos momentos vemos un incremento en torno al 10 % sobre las cifras del año pasado por estas fechas, en especial para finales de verano y otoño.

 

¿Cuáles serán los destinos más populares en 2025?

Japón seguirá registrando una altísima demanda, pero también cruceros en barcos pequeños y yates de las mejores marcas, y volverá a primera línea todo el Pacífico Sur: Australia, Nueva Zelanda, Polinesia y Fiji.

 

A lo largo de vuestra historia, ¿qué es lo más extravagante que os han pedido a la hora de organizar un viaje? 

En nuestros más de 20 años de actividad, hemos tenido la oportunidad de organizar muchos viajes poco convencionales, como por ejemplo, un viaje de incentivos de 400 personas a Las Vegas que ascendió a más de un millón de euros, o un viaje a Rusia que incluyó una cena privada en el emblemático Hermitage de San Petersburgo.  

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