‘Vestidas para el Cielo’, la exposición de fotografía de Yael Portabales inspirada en Zurbarán

La primera vez que vi Santa Casilda de Zurbarán en el Prado en una exposición, me quedé muy impactada. Pensé que era el retrato de alguna noble y hasta unos años después, que empecé a investigar ese cuadro y las Santas de Zurbarán, no me di cuenta de por qué me había atrapado.
En una primera lectura, impresiona la riqueza de su traje y la belleza de la modelo. Pero es la serenidad que emana del cuadro, la postura de la santa, como pillada de improviso, con un signo de recogimiento, lo que te sigue sorprendiendo y hace que te quedes delante del mismo. Posteriormente supe que Zurbarán creó con sus santas un modelo que tuvo muchísimo éxito, y que fue ampliamente exportado a Ultramar. Podríamos decir que son varios los motivos de su popularidad. Se consideran por un lado que fueron “retratos a lo divino”, son damas nobles que se han retratado como santas para asemejarse a las virtudes de las mismas. Son auténticos retratos en los que la modelo mira directamente al espectador. Pero por otro lado, otros de sus cuadros, podrían considerarse modelos idealizados, aunque tanto unos como otros, están llenos de realismo y esto resulta muy atractivo.


Otro de los motivos por los que llaman la atención es por la gestualidad de las santas. Unas veces miran hacia el cielo, estableciendo una conexión con Dios, otras miran hacia abajo en signo de humildad, otras veces inclinan la cabeza hacia un lado como hacen muchos santos…. Parece que se ha congelado el instante en el que van en su camino hacia el cielo y es como una invitación a acompañarlas en su caminar. Y por último, comentar los ricos ropajes que llevan. Muchos consideran a Zurbarán el primer modisto español, por delante de Balenciaga, el cual se inspiró en el maestro de Fuente de Cantos. Su padre era mercader de telas y por tanto estaba acostumbrado a ver tejidos de calidad. En su época fue criticado por utilizar unas telas tan lujosas para vestir a las santas, pero Zurbarán, que fue el pintor religioso por excelencia de su época, representó como nadie el espíritu de la contrareforma y su utilización tuvo un sentido teológico.

Creen que estuvo inspirado en los desfiles que se hacían el día del Corpus, en el que al final de la procesión se representaba un auto sacramental o una obra de teatro con la vida de las santas. Así mismo, en una época en la que se aunaban todas las artes al servicio de Dios, era normal que más tarde esos mismos trajes fueran fuente de inspiración para vestir a las actrices en las obras de teatro que se representaban. Zurbarán fue muy original al utilizar trajes contemporáneos, pero a la vez utilizando joyas y adornos de otras épocas para dotarlos de atemporalidad. Esa particular forma de retratarlas hizo que fuera capaz de crear una nueva iconografía de santas de carne y ataviadas con vestimentas elegantes, pintando con maestría pliegues, brocados y tafetanes. También es muy significativo la serenidad que emanan las santas. Todas son vírgenes y han sufrido los más atroces martirios, pero ellas están serenamente de paso, la única forma de saber que les ha pasado son los instrumentos de martirio que portan.

Todo el asombro que me ha producido su obra y la simbología que lleva detrás, me ha llevado a querer rendir homenaje a un pintor como Zurbarán, e intentar reinterpretar sus santas bajo una mirada más contemporánea, como él mismo hizo cuando pintó a sus santas. Mediante estas fotografías, me gustaría por un lado intentar acercar su obra al espectador de hoy mediante un lenguaje más actual y comprensible para que sean testigos de la riqueza de nuestro pasado y por otro, conectar con la vida de estas mujeres tan virtuosas para así poder acompañarlas en su viaje celestial.

Por Yael Portabales

La exposición está abierta hasta el 20 de noviembre en el Museo Diocesano de Arte Sacro de Orihuela. 

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