VACHERON CONSTANTIN exhibe dos siglos de indicaciones retrógradas en Madrid
La historia de las indicaciones retrógradas se remonta al siglo XVIII y tienen que ver cuando el indicador no da una vuelta completa a la esfera, sino que vuelve a su punto de partida y comienza a desplazarse de nuevo tras haber recorrido todo su segmento de medición. Este aspecto siempre ha representado una dificultad técnica que exige una precisión extrema; algo que la Maison ha convertido en un rasgo distintivo desde 1824, incluyendo indicaciones salientes en relojes de bolsillo.
Vacheron Constantin perfeccionó su técnica durante un siglo para poder otorgar a sus relojes de pulsera de indicaciones retrógradas, dotando a la Maison de un saber hacer especial en materia de complicaciones relojeras y formando parte de sus colecciones actuales.
La exposición rinde homenaje a la maestría técnica de Vacheron Constantin durante sus más de dos siglos de historia a través de modelos con indicaciones retrógradas, específicamente, y de indicaciones especiales, en términos más generales.
Siguiendo el éxito alcanzado con el desarrollo de las indicaciones retrógradas, la Maison cuenta actualmente con modelos que incluyen esta complicación dentro de sus colecciones Traditionnelle o Overseas ; destacando el reloj Traditionnelle tourbillon openface con fecha retrógrada o el reloj Overseas moonphase con fecha retrógrada.
Reloj de bolsillo para caballero de oro amarillo con cronógrafo rampante – 1894
El cronógrafo apareció por primera vez a principios del siglo XIX como contador de tercios y posteriormente se le añadieron numerosas innovaciones como la función rampante para calcular los tiempos intermedios. Precisamente, el contador de segundos parciales se creó en 1831 por el austriaco Joseph-Thadeus Winnerl con un sistema de una sola aguja y se mejoró en 1838 con la adhesión de una aguja adicional.
Estos primero mecanismos se crearon para una clientela interesada en la aventura, la velocidad y las competiciones deportivas; como por ejemplo un pedido del año 1889 por parte de un cliente de Buenos Aires interesado en las carreras de caballos que encargó un cronógrafo con segundera rampante o el encargo realizado en 1922 por el famoso escenógrafo Edgar Wallace (artífice de la película King Kong) solicitando un modelo personalizado de cronógrafo con segundera rampante tipo bassine de oro pulido de 18 quilates.
Mecánicamente, la función rampante es mucho más compleja que un cronógrafo simple debido a que está equipada con un segundo sistema de desembrague dotado de pinzas para poner en contacto o separar la rueda y el piñón del cronógrafo de las mismas partes ubicadas en la aguja rampante. Además, la aguja se reposiciona mediante un muelle que es cargado por el cronógrafo.
Reloj de bolsillo para caballero “Brazos al Aire” de oro amarillo – 1931
A principios del siglo XX, el movimiento art déco estaba en pleno apogeo y las mentes creativas trabajaban creando imaginativas esferas y cajas con indicaciones retrógradas. En Vacheron Constantin, estas novedades aparecieron prácticamente de manera simultánea en relojes de mesa (década de 1920), relojes de bolsillo (1930) y relojes de pulsera (1935) y se han convertido en un rasgo distintivo de la Maison, formando parte de sus colecciones actuales.
Este reloj de bolsillo en cuestión se trata de un modelo biretrógrado y es el ejemplo perfecto de libertad estética que ofrecen las indicaciones especiales. En la esfera se representa un mago hindú cuyos brazos indican las horas y los minutos en dos segmentos graduados a ambos lados y a media que avanza el tiempo adopta diferentes posturas; recordando a los autómatas tan de moda en aquella época. Históricamente, además de los indicadores retrógrados de tiempo cíclico (horas, minutos, segundos o fechas) existen también los indicadores retrógrados “de barrido” como los de reserva de marcha.
Reloj de pulsera para caballero El Mercator, Modelo 43050 – 2001
Se trata de un homenaje al geógrafo Gérard Mercator que reproduce los mapas de Europa dibujados por él en el siglo XVI sobre su esfera esmaltada policromada Grand Feu, a través la técnica del cloisonné . Presenta un Calibre 1120 ultraplano que comenzó a comercializarse en 1967 y comprende uno de los movimientos automáticos más finos del mundo debido a su grosor de 2,45 mm. Cuenta también con doble indicación retrógrada de horas y minutos de movimiento continuo.
La inspiración de este reloj se encuentra en las indicaciones de “brazos al aire” propias de principios del siglo XX, pero integradas en el volumen de una manera más reducida para adaptarse a la muñeca. Sus agujas retrógradas en forma de compás se diseñaron especialmente para esta colección y la colocación de su eje a las 12 horas evoca a la perfección el instrumento utilizado durante toda la vida del cartógrafo, matemático y geógrafo.
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