La Penúltima en bucle chez Eric Yerno: Leyendas a la española y paella champagne

Fotografía: Juan Carlos Vega

Texto: Bertie Espinosa

Dicen que las reglas están hechas para tener excepciones. De la misma manera que las normas están hechas para saltárselas. No así la ley. Líbreme Dios de saltarme la ley y que aparezca Teddy Bautista a las tres de la mañana dispuesto a ponerme de rodillas por haber escuchado una canción sin permiso de aquella institución que presidía. O sin pagar, que es lo mismo. Los más antiguos me entenderán, los de la generación Z tendrán que ponerse a googlear cualquiera de los nombres que he soltado como si fuesen canarios saliendo de la jaula a la libertad. La ley también está para discutirse, y los permisos se consiguen pagando. O no. Porque también se deniegan. Pero pongámonos en Marruecos. O lo que es lo mismo, en casa de Eric Yerno un mediodía de verano. Me voy por las ramas y no debiera: una página en blanco es un lugar cotizado para delirios propios y ajenos. Y eso hago, delirar recordando la velada del francés más español de Madrid. Me entenderán si les digo que Champagne si, pero paella también. Cosas del destino, pero allí estaba también Jean-Marie Périer, el fotógrafo de las estrellas llegado a Madrid para inaugurar su exposición ‘Leyendas’. Y de eso podría tratarse esta penúltima Penúltima. Leyendas en bucle, al peso, sin fin. Beatriz de Orleans, impecable siempre como su sentido del humor. Princesa pero divertida. No rima, pero en la vida real, y en ella, se juntan ambas cualidades que en su caso son calidades. ¡Qué enrevesado! Aquello fue la cumbre de la locura. Y lo necesitábamos. Locura al telefonillo mientras unos suben y otros bajan. Se ve en las fotos en las que a veces nos colamos el staff porque también somos penúltimos y esta revista es a veces nuestro propio reality, cosa que nadie ha hecho antes. O sí, pero no lo hemos visto.


Estar chez Eric es un estado del alma. También del cuerpo. Se lo pueden decir a Ágatha Ruíz de la Prada, siempre colorida y que con José Manuel Díaz-Patón alimentó el chisme y las risas. Teresa Sapey ¡per favore! una italiana muy española a la que también le gusta comer pasadas las tres de la tarde. Sobretodo si es del cátering de Samantha de España, que uno podría adivinar sin ver las servilletas de tela, ya que los sabores son únicos. Full time, como Samantha Vallejo- Nájera, que por su profesión de empresaria de catering y jurado de Masterchef tiene que estar comiendo a todas horas. Eso sí, ella ha cultivado la virtud de no engordar. Como Antonia Dell’Atte, que sigue manteniendo su talla de modelo y además ahora es devota de San Pío de Pietrelcina, más conocido como Padre Pío. Él estuvo presente en la conversación y en las reliquias que circulaban. Y eso es casi como haber estado allí. Sí que estaba, y recién llegada de estrenar su reality (First Class) en Netflix, Clara Courel. Periodista curtida en mil batallitas de la moda que es otra de las mujeres más divertidas que pululan por Madrid, a la que se le une la carcajada de Miguel Más (ya saben, San Eduardo Jewels). Alonso Navamuel, joven promesa del séptimo arte, que tiene tan buena talla como simpatía, además de un pelo digno de campaña. Electoral o de champú, lo primero que suceda. Miguel Más llama al champagne champú, y en efecto, es el champú del alma. El sur de España estaba representado por Manuel Lombo, cantaor flamenco, artista y sobre todo sevillano, con su estiloso juego de maletas rumbo al AVE. Y así es como acaba una buena fiesta, rumbo al sur.

Artículo original publicado en el Nº12 de FEARLESS otoño 2022

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