AITOR GÓMEZ: del periodismo a la joyería

Aitor Gómez, periodista madrileño, fundó BONAI Madrid, una exitosa empresa de joyería asequible, tras un viaje inspirador a la India. Con un capital inicial de 500 euros, compaginó su trabajo como consultor de comunicación con su emprendimiento durante dos años. Gracias a su estructura pequeña, BONAI superó el impacto de la pandemia y experimentó un crecimiento notable, proyectando una facturación superior al millón de euros para este año.
Aitor diseña personalmente las joyas, lanzando solo cuatro colecciones anuales con materiales de calidad. Su objetivo es crear piezas atemporales y asequibles para todas las mujeres. BONAI, ahora una sociedad limitada con expansión internacional, se mantiene fiel a sus valores fundacionales: feminidad, calidad y precios justos. Aitor y su madre, Boli, aseguran que la esencia familiar de la marca perdure, creando joyas duraderas y bonitas, y evitando el fast fashion.
  1. ¿Cómo surgió la idea de crear BONAI Madrid y qué te motivó a dejar tu carrera en periodismo para dedicarte a la joyería?

La idea de crear BONAI surgió de una insatisfacción vital que sentía con mi trabajo. Si bien conocí a personas maravillosas en mis puestos anteriores, el trabajo no me llenaba y tampoco veía que pudiera desarrollarme como yo quería. Me considero una persona multidisciplinar, desde pequeño me ha encantado hacer muchas cosas a la vez y muy diferentes. Emprender te permite ser por un día fotógrafo, maquillador, director de casting, empaquetador, o diseñador, entre otras muchas disciplinas. Ningún día es igual que el anterior y es una cuestión que me encanta de mi trabajo. 

 

  1. ¿Qué experiencias específicas viviste en tus viajes a la India y Colombia que te inspiraron a fundar BONAI Madrid?

La India fue un viaje que me cambió la vida. Sus paisajes, sus monumentos, sus gentes y vestimentas, su manera de vivir… Es un país realmente increíble y lleno de contrastes. Allí conocí a una viuda, propietaria de un taller de joyería. Me enseñó su oficio y conocí su historia. Me dio un consejo que seguí desde entonces: “En la India las mujeres no podemos elegir. Dirige tu vida hacia aquello que más te gusta y te sentirás agradecido”. 

Unos años más tarde, y con la idea de emprender en mente, me fui de viaje a Colombia, donde la tradición de joyería está muy arraigada. En Cartagena de Indias conocí un pequeño taller donde fabricaban pendientes manufacturados hechos de una palmera local. Llenos de colores, tintados a manos, tejidos uno a uno. Me enamoré de todos los diseños, los traje a España y fue mi primera colección. Arrasaron. 

 

 

  1. Con solo 500 euros de capital inicial, ¿cómo lograste poner en marcha tu empresa y conseguir que diera beneficios desde el principio?

Creo que cuando tienes una idea clara en tu cabeza y confías en tu visión, te vas abriendo camino, aunque sea por simple cabezonería. En mi caso, desde pequeño siempre me ha encantado la moda y he tenido un vínculo muy especial con las mujeres. También me encanta pintar, escribir y el arte. Soy bastante creativo, por lo que creo que es una mezcla perfecta a la hora de empezar una firma dedicada a las mujeres. Desde el principio quise que BONAI tuviera precios asequibles, diseños para todo tipo de mujeres, una calidad a la altura de las expectativas y un servicio al cliente excelente. Esta es la receta que nos ha funcionado en BONAI.

 

  1. ¿Cuáles fueron los mayores retos que enfrentaste al compaginar tu trabajo como consultor de comunicación con el de empresario de joyería?

El mayor reto al principio es encontrar horas en el día en las que poder desarrollar tu proyecto personal. Cuando finalizaba mi jornada laboral, empezaba la de BONAI. Fácilmente me daban las tres y cuatro de la madrugada trabajando en los primeros meses de la marca. Después, encontrar talleres y proveedores que hagan diseños que te gustan o propios a un precio razonable, es algo muy complicado. Cuando ya tienes eso, empezar a dar a conocer la marca. Me cogía días de vacaciones para hacer pop ups por Madrid. Tengo muy buenos recuerdos de aquella época, pero la verdad, no me gustaría volver a repetirla. Fue durilla (ríe). 

 

  1. ¿Qué estrategias utilizaste para lograr el crecimiento exponencial de BONAI Madrid, especialmente después de la pandemia?

Antes de la pandemia, BONAI todavía era un bebé con un número muy reducido de pedidos. Sin embargo, durante la COVID-19, aproveché para realizar una nueva web, mucho más profesional y atractiva para las clientas. Era un periodo con mucha incertidumbre, en la que muchas empresas lo pasaron muy mal. Yo llegué a sobrevivir, porque mi estructura de costes era casi inexistente. Era yo haciendo todo (ríe). Eso, junto con el apoyo de amigas influencers o celebrities, más el boom del comercio electrónico porque la gente estaba en casa sin gastar nada de dinero, propiciaron el primer boom de BONAI a nivel de pedidos. 

 

  1. ¿Cómo supervisas el diseño de cada pieza de BONAI Madrid y qué criterios sigues para asegurar la calidad y la atemporalidad de tus colecciones?

En el proceso de diseño estamos mi madre y yo. Desarrollamos moodboards, viajamos mucho para empaparnos de diferentes cosas, como puedan ser elementos de la naturaleza en todas sus versiones, un patrón, un estampado de una tela, una manera de vivir… Todo sirve a la hora de diseñar. 

En cuanto a la calidad de las joyas, era algo que me obsesionaba desde el principio de la marca. Siempre he querido que las mujeres puedan pagar un precio justo por una buena calidad. El ochenta por ciento de nuestras joyas están realizadas en Plata de Ley 925 con baños de Oro 18K. Nuestros anillos, por ejemplo, suelen estar realizados con una aleación de Oro 18K y Acero que los hacen excepcionalmente resistentes al desgaste del baño de Oro. Nuestras clientas están encantadas con el precio que pagan y el resultado que obtienen. 

La atemporalidad de las piezas se consigue a través de diseños sencillos, sin grandes artificios, pero que resalten por su propia belleza y elegancia. 

 

  1. ¿Qué papel jugaron las redes sociales y las celebrities en el crecimiento de tu marca?

Estoy en deuda con todas aquellas celebrities e influencers que han apostado por BONAI cuando no era del todo conocida. Si bien un trabajo puede estar bien hecho, si no hay publicidad, nadie puede verlo. Ellas han sido un altavoz indispensable a la hora de hacer visibles nuestras joyas a un público mucho más amplio. Algunas ya son amigas que me llevo para siempre en el corazón. Siempre les estaré agradecido. 

 

 

  1. ¿Cómo ha influido el apoyo de tu madre, Boli, en el éxito de BONAI Madrid y cómo manejáis juntos la esencia familiar de la empresa?

Mi madre siempre ha sido un apoyo fundamental. Mis abuelos tuvieron una tienda de artículos de bisutería, peletería y demás artículos, en Córdoba, de dónde es mi madre. Ella se crió entre el escaparate y el mostrador, iba a las ferias con mis abuelos y le gustaba mucho su proyecto. Sin embargo, ella eligió otro destino profesional (profesora). Pero, su sueño idílico siempre fue emprender su propio proyecto. Desde el principio me acompañó a todos los pop ups donde iba, me ayudada a hacer fotografías, hacía pedidos cuando yo no podía, o contestaba a través las dudas de las clientas cuando yo no estaba disponible. Se jubiló y no quería parar su actividad, por lo que se puede decir que es mi mano derecha, de la que me sirvo continuamente. Nuestra relación era bonita, pero ahora es preciosa. 

 

  1. ¿Cuáles son tus objetivos a largo plazo para BONAI Madrid y cómo planeas mantener la esencia de la marca mientras continúas expandiéndote a nivel internacional?

Mis objetivos a largo plazo para BONAI MADRID es que se consolide en el top of mind de marcas de joyería primero a nivel nacional, y después internacional. Crear un equipo fuerte y consolidado, y seguir nutriendo a nuestra comunidad de clientas para que se sigan sintiendo representadas por la marca. También, ampliar nuestros mercados, aunque ya estemos presentes en Europa, EE.UU y Oriente Medio. El camino es largo, pero disfruto mucho de cada pequeño paso que damos. 

 

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