Por Manuel Quintanar, un jurista que aún cree en la ley como límite moral del poder

La dignidad de la mujer —su autonomía, su espacio interior, su cuerpo y su conciencia— constituye uno de los pocos consensos éticos que una sociedad democrática no puede permitirse erosionar. Sin embargo, nuestra época, tan fascinada por la apariencia del cambio, ha descuidado lo esencial: la mujer no necesita un nuevo léxico político, sino que se le garantice, sin ambigüedades, el núcleo duro de su libertad mediante la ley penal, que es el último muro que una comunidad levanta frente a la violencia.

Desde ahí, desde ese último muro, me veo obligado a poner sobre la mesa algunas reflexiones que, por incómodas, llevan demasiado tiempo silenciadas.

La primera es casi un misterio cultural: ¿por qué desapareció del debate la figura del parricidio o conyugicidio como homicidio agravado? España llegó a castigar más severamente al hombre que mataba a su esposa que a quien daba muerte a un desconocido. Lo hacía por un motivo civilizatorio: reconocer que la traición al vínculo, la violencia ejercida en el ámbito íntimo, es la destrucción del lugar donde debería residir la máxima protección. Recuperar esa figura no es arcaísmo; es una exigencia ética.

La segunda reflexión es más incómoda aún. La explotación sexual, la prostitución coactiva, la trata de seres humanos y el proxenetismo no son delitos: son fracturas morales del Estado. Resulta inexplicable que su castigo no se agrave en un momento en que la mujer es convertida —por mafias, por mercados, por plataformas digitales— en un objeto consumible. Y más inexplicable todavía es que el usuario, el consumidor último de esa instrumentalización, permanezca al margen de cualquier reproche penal. ¿Con qué rostro puede una sociedad hablar de igualdad mientras excusa a quien financia su destrucción?

La tercera deriva hacia lo que debería ser un clamor: el tipo penal del acoso sexual es hoy un refugio para acosadores inteligentes. El legislador ha tejido un artefacto tan repleto de requisitos que las víctimas deben demostrar más que quienes sufren coacciones básicas. Penalmente, el mensaje es espantoso: “Toléralo un poco más. Prueba el grado exacto de sufrimiento. Acredita la intensidad.” No. El acoso sexual debe ser castigado con la misma claridad con la que se protege la propiedad o la integridad física: sin matices que perpetúan el silencio.

En cuarto lugar, es urgente restaurar la escala de gravedad que la cultura jurídica española siempre tuvo clara. La violación es, en nuestro imaginario moral, una de las mayores agresiones a la libertad humana. Y sin embargo, hoy convive en un espacio penológico que, en términos sociales, la sitúa casi al nivel de delitos cuya gravedad cultural es menor. No basta con reformular palabras. Hay que devolver a la violación el peso penal que refleja su significado moral.

Hay, además, un bien jurídico que apenas comenzamos a comprender: la intimidad. En particular, la intimidad digital de la mujer. La utilización inconsentida de su imagen, de su cuerpo, de su vida privada en redes, no es un simple atentado a la privacidad: es una forma moderna de cosificación. Es preciso levantar sobre ello un muro penal inexpugnable. El machismo ya no golpea solo con el puño, golpea con el clic. Y un clic puede destruir la identidad de una mujer con la misma intensidad que un golpe físico.

Por último, me pregunto —y no encuentro aún respuesta convincente— qué responsabilidad tienen quienes, hombres o mujeres, medran políticamente en nombre de las mujeres pero las perjudican con su negligencia. ¿Qué responsabilidad penal, ética o social pesa sobre quienes abanderaron reformas que resultaron en beneficios penitenciarios masivos para agresores sexuales? ¿Qué responsabilidad tiene quien hizo bandera electoral de una causa que luego no supo custodiar con rigor jurídico?

No se puede hablar “en nombre de todas” cuando se legisla para unas pocas. No se puede reclamar protección simbólica mientras se dinamita la protección real. Y, sobre todo, no se puede confundir ideología con justicia.

Porque al final, proteger a la mujer no es un gesto político. Ni un discurso performativo. Ni una consigna de campaña.

Es un acto moral. Y el Derecho Penal, cuando se usa con rigor, sin oportunismo y sin retórica vacía, es el instrumento más honesto para proteger esa moral.

Este ensayo no pretende cerrar nada.
Solo abrir una conversación que, por dignidad, España no puede seguir aplazando.

Continuará…

A mi querida madre.

La Navidad en Madrid se vive de una forma única y uno de sus centros neurálgicos es la Puerta de Alcalá. Allí se encuentra Berria, el templo del vino madrileño, que este año sorprende con una propuesta inédita: el primer calendario de adviento dedicado exclusivamente al vino, con una selección especial del 1 al 24 de diciembre.

Un vino distinto cada día

Cada jornada, Berria abrirá una “casilla” del calendario con un vino diferente que se ofrecerá por copa o media copa. Desde jereces excepcionales hasta champagnes de autor, pasando por Borgoñas o rosados singulares, todos los vinos han sido seleccionados por el equipo de sumilleres liderado por el joven Mario Ayllón.

Las redes sociales del local (@berriawinebar en Instagram) anunciarán día a día la referencia escogida, convirtiendo el mes de diciembre en un recorrido sensorial dinámico y lleno de sorpresas.

Un viaje enológico para aficionados y expertos

La iniciativa está pensada tanto para quienes desean descubrir nuevas regiones y estilos como para los amantes del vino que buscan profundizar en cada etiqueta. El calendario se convierte así en una experiencia continua de aprendizaje y disfrute en la barra de Berria, que se transforma en un espacio de descubrimiento diario.

Sabores que completan la experiencia

Más allá del vino, Berria completa la experiencia con una carta breve y cuidada de inspiración mediterránea. Entre los bocados más destacados se encuentran la patata chip con anchoa y velo ibérico, el brioche de papada ibérica y caviar, croquetas de jamón Joselito, ensaladilla o huevos fritos con patatas y jamón Joselito.

Entre los principales, brillan propuestas como el pepito de solomillo, las vieiras o la merluza rebozada con pimientos. El toque final lo ponen postres clásicos como el flan o la tarta de manzana.

Un plan navideño disponible todos los días de diciembre

Durante todo el mes, Berria abrirá en su horario habitual, incluidos los días 24 y 31 de diciembre, cuando estará disponible hasta las 19:00 h. Una oportunidad perfecta para disfrutar de una última copa antes de las cenas familiares de Nochebuena y Nochevieja.

ENTREVISTA COMPLETA

El pasado domingo arrancó la segunda temporada de FEARLESS on Fire y lo hizo ardiendo más que nunca. La encargada de abrir esta nueva entrega fue Elena Tablada, la cubañola por excelencia: raíces cubanas, nacida en España y criada en Miami. Una mezcla cultural que ha marcado profundamente su vida y que compartió en una conversación junto a Katy Mikhailova, directora de la cabecera.

Tablada, premiada el pasado mayo en la IV edición de los Premios MUJER FEARLESS con el reconocimiento a Madre del Año, se mostró cercana y, sobre todo, feliz, como ella misma reconoce. “Sí, sí soy feliz. Soy bastante feliz, mucho más de lo que imaginé que iba a ser a día de hoy”, ha confesado, dando pie a una charla cargada de emoción, justicia e identidad.

Una infancia entre música, aroma a ron y el recuerdo de Cuba

Aunque su vínculo con Cuba es profundo, Elena ha explicado que su infancia no transcurrió allí. “Mi infancia no fue en Cuba, mis padres salieron en la revolución y se conocieron aquí, donde nací, pero crecí en Miami. Mi infancia es Miami, es música, es piano, olor a puros, ron, mojitos… felicidad, canto… es paz. La paz es felicidad”, ha recordado.

Pese a ello, su cubanía la acompaña allá donde va. “La cubanía ha estado presente todos los días de mi vida. El cubano ha sufrido mucho y ve la vida de una manera diferente”, ha explicado. Y reveló cómo la perciben al volver a la isla: “En Cuba me ven como española, como gallega, ya que allí todos los españoles somos gallegos”.

Una maternidad real y con acento cubano

La conversación también abordó su papel como madre, un rol que no esquiva complejidades. “Soy una madre cubana, que si te tiene que meter un grito te lo mete”, bromea entre risas. Pero su reflexión profundizó rápidamente:
“Soy una madre soltera además. Estoy sola en mi casa criando a mis hijas, no tengo otra figura en la que delegar. Estoy sola, y eso es una madre soltera, es así. La paciencia tiene un límite, y cuando explota me sale lo cubano. Lo hago lo mejor que puedo todos los días”.

Una mirada hacia Cuba: dolor, activismo y esperanza

Tablada no ha evitado hablar de la situación del país que siente como suyo. “Me encantaría ayudar y que mis raíces prosperen y salgan del fango en el que están”, ha expresado con evidente emoción, recordando su más reciente visita al país: “Hace unos meses estuve en Cuba y realicé una labor humanitaria. Me gusta mucho ayudar, pero cuando lo haces en tu tierra y en tu sangre… Cuba duele y ahora está peor que nunca en la historia”.

Un libro para sus hijas

Entre los anuncios más especiales, adelantó un proyecto personal que la tiene profundamente motivada.
“Estoy escribiendo un libro sobre mi vida y mi identidad, un regalo que siento que merezco hacerme a mí misma y a mis hijas, para que conozcan quién es realmente su madre. Internet muestra muchas cosas, pero no siempre refleja la realidad”.

Un gesto que consolida su deseo de dejar testimonio, de reivindicar su origen y de ofrecer a sus hijas un retrato genuino más allá de la exposición pública.

La Navidad invita a detener el ritmo, retomar conversaciones abandonadas y elegir con cuidado aquello que llenará las copas en los momentos que importan. Este año, tres vinos muy distintos se convierten en apuestas seguras para alzar las copas con personalidad y estilo.

Pago de Torrosillo 2019: el Ribera que demuestra por qué una añada puede ser “Excelente”

Producido por Bodega Figuero, este vino procede de una parcela plantada en 1950, situada a 840 metros en La Horra. Su carácter nace de una climatología seca y de bayas pequeñas que concentran aromas y sabor. La fermentación en tinas de roble francés y una crianza de 18 meses en barrica nueva explican la finura, profundidad y elegancia de un vino del que apenas existen 4.500 botellas.

En nariz, despliega notas de cacao, fruta roja licorada, especias y brioche. En boca, combina la frescura del kirsch y la menta con tostados dulces y un fondo mineral que lo hace largo, sedoso y envolvente. Su versatilidad lo convierte en un aliado infalible para cordero asado, buey, foie o carnes rojas.

Un vino para abrir la cena y seguir bebiendo hasta el postre.

Pandemonium Blanco de Blancas 2020: un espumoso riojano que rompe las reglas

Fresco, vibrante y sorprendentemente elegante, Pandemonium Blanco de Blancas 2020 demuestra que La Rioja también puede elaborar espumosos con identidad propia. Nacido en las montañas del Alto Najerilla, a gran altitud y entre suelos arcillo-ferrosos, este vino elaborado por método tradicional revela el potencial de unos viñedos que miran al frío y a la historia.

Su crianza de casi tres años y medio sobre lías le otorga una cremosidad fina, burbuja persistente y una complejidad que combina tensión, frescura y armonía. Con una producción limitada y disponible solo en alta restauración, es un espumoso pensado para quienes buscan algo distinto.

Perfecto para mariscos, aves, setas, foie, quesos suaves o incluso postres cítricos donde su acidez aporta equilibrio y luz.

Héritage, de Laurent-Perrier: el arte de ensamblar el tiempo

Hablar de champagne es hablar de técnica, memoria y precisión. Y Héritage, la nueva creación de Laurent-Perrier, es la prueba de ello. Elaborado con 100% vinos de reserva, procedentes de 40 Crus (la mitad Grands Crus), este ensamblaje de Chardonnay y Pinot Noir reivindica la complejidad del estilo de la Maison.

Su envejecimiento de al menos cuatro años y su dosificación baja permiten un perfil elegante, puro y vivo. En nariz muestra notas de limón, melocotón blanco, almendras y pan tostado. En boca es equilibrado, preciso y sutil, con aromas de fruta blanca y un final de miel floral.

Un champagne perfecto para acompañar platos delicados, como hojaldre de setas, pastel de ave o rodaballo en salsa de champagne.

Anoche, coincidiendo con el Santo de Catalina de Alejandría, el Teatro Magno acogió la primera edición de Santa Katalina en Llamas, un encuentro que no solo celebró a la directora de esta cabecera, también llamada Katalina, sino que sirvió además para presentar la segunda temporada del podcast FEARLESS ON FIRE, uno de los proyectos más relevantes de FEARLESS, producido por segundo año consecutivo en colaboración con Pasión Habanos y S.T. Dupont.

Un estreno con seis protagonistas clave

La celebración, con una estética inspirada en la Cuba de los años 50, tuvo como grandes protagonistas a seis figuras que ya forman parte del universo de FEARLESS ON FIRE, y que anoche se convirtieron en el otro gran eje de la noche

Entre ellos, Elena Tablada, madrina de ceremonias, que no dejó de bailar hasta bien entrada la noche; la doctora Eugenia Cervantes, que portó su mejor sonrisa; Paloma González y la diputada Bea Fanjul, que ofrecieron sus perspectivas, siempre acertadas, con claridad y fuerza. Por su parte, Ángel Martín e Iván Espinosa de los Monteros fueron grandes ausentes, aunque su influencia y espíritu se sintieron durante toda la velada.

Seis invitados que no solo fueron los rostros de la noche, sino también los motores de un proyecto que busca dar voz a historias auténticas, conversaciones sin filtros y momentos que perduran más allá de la escena pública. Su protagonismo marcó el ritmo de la celebración y anticipa lo que promete ser una temporada intensa y memorable del podcast, cuyos capítulos se publicarán cada domingo en los canales oficiales de la revista.

La Habana en Madrid

La música en vivo corrió a cargo de Los Orlando, quienes trajeron a Madrid los ritmos y la esencia de La Habana. Más tarde, el DJ Isbell continuó la fiesta con una selección que mantuvo a los asistentes en movimiento y reforzó el ambiente caribeño de la noche.

La velada se completó con la gastronomía de Chulapitas, los vinos de Juan Gil y las burbujas de Laurent-Perrier, el jamón de Enrique Tomás, y los tomates de Ángel Martín de su famosa taberna La Tienta, a orillas de la Plaza de Las Ventas. Cada detalle contribuyó a convertir el encuentro en una experiencia única, como ya es tradición en las grandes noches de FEARLESS.

Un podcast que regresa con fuerza

El año pasado, figuras como Rocío Monasterio, Luis Gasset o Fernando Ojeda marcaron el inicio de esta serie, que ya se ha consolidado como tradición. Con esta presentación, FEARLESS ON FIRE inicia una nueva etapa, más sólida, intensa y conectada con su audiencia, y qué mejor manera de hacerlo que en Santa Katalina en Llamas, un evento que promete regresar el próximo año.

La temporada arranca este domingo.

“Vamos a Norah, Norah” podría ser la versión actualizada de aquel clásico que Juan Gabriel popularizó en los años 80. Y no es para menos. En el castizo barrio de Chamberí ha abierto un local con ese mismo nombre que trae consigo el sol, los sabores y el ambiente del Mediterráneo, convirtiéndose rápidamente en el destino foodie de moda.

Por MARCO DE PABLOS

“Te escribo desde una mesa bañada por la luz dorada de la tarde. Aquí, donde la brisa huele a sal y a pan recién horneado…”. Así comienza una nota escrita en el reverso de una postal, cuya instantánea muestra el lugar en el que se concibió a una criatura que, gracias al tesón de sus artífices, se ha convertido en uno de los restaurantes más aclamados de Chamberí: Norah.

Hace 15 años, Natalia Dzidziguri llegó a Madrid desde Georgia con la ambición de comerse el mundo. No solo lo está logrando, sino que, con los dos restaurantes que atesora en la capital, todos quienes los visitamos también podemos hacerlo en sentido literal. “Me enamoré de Madrid. Es el mejor lugar para los hosteleros. Hay mucha gente a la que le gusta comer, beber bien y disfrutar de la buena vida”, comenta a esta cabecera. Primero fue Persimmon’s, un local que aúna lo mejor de la gastronomía georgiana con sabores mediterráneos y aromas de Oriente Medio. Tiempo después llegó el turno de Norah, que abrió sus puertas el pasado mes de septiembre. Pero para entender su esencia es necesario volver a aquella postal y, sobre todo, a la imagen que aparece en ella. También conviene saber que este proyecto nació de la complicidad de un grupo de amigos: Natalia, Téa, Grigo y Gio.

“Cuando desarrollamos el concepto del local estábamos pasando tiempo juntos. Nos fuimos de viaje a San Sebastián y a Biarritz”, recuerdan. Fue allí, en el pueblo costero del sur de Francia, concretamente en el Eden Rock Cafe —un pequeño bar junto a la playa de Port Vieux, con sillas amarillas dispuestas sobre grandes arbustos en un mirador que se asoma al mar y a las enormes rocas que lo enmarcan, justamente lo que se muestra en la misiva—, donde la inspiración apareció. Se sintieron atraídos por la filosofía de los Murphy, quienes sostenían que este enclave era el lugar ideal para disfrutar de la vida mediterránea: tomar sol, beber buen vino y saborear buena comida. En ese instante, nació Norah y lo hizo con un lema firme: Born in the Mediterranean.

Poco a poco, la idea fue tomando forma. “Pensamos bien la localización. Queríamos un lugar que dejara entrar mucha luz. No queríamos algo cerrado, ya que estamos hablando del Mediterráneo. Queríamos transmitir esa sensación. Fue difícil encontrarlo”, dice Natalia. Hasta que dieron con él.

El número 15 de la calle Monte Esquinza, una de las arterias más bulliciosas y artísticas de la capital en los últimos meses, se convirtió en la morada de este proyecto. Desde la calle, un gran ventanal deja vislumbrar el interior, amplio y cargado de sencillez y sofisticación. La luz entra con fuerza, rebotando sobre mesas de estampados y vetas variopintas —desde caobas intensos hasta mosaicos coloridos—, paredes en tonos beige y barras revestidas con azulejos en azul o rojo.

El estudio de Marcos Trueba fue el encargado de llevar a cabo este designio con una premisa clara: transmitir la sensación de estar en casa. “Queríamos que los clientes, al entrar, sintieran que vienen a tu propia casa; que se sientan como en su hogar”, comentan.

“Todo ha fluido tan bien gracias a la energía positiva que hay”, reconoce Natalia. Y no es para menos. Su eslogan, que aseguran haber “revivido”, lo dice todo. “Con él promovemos aún más la esencia mediterránea”, explican, y lo hacen siempre ajustándose a la realidad. “No hace falta decir lo que no hay. La comida española, por ejemplo, la paella o cualquier otro plato típico, es comida española. No se puede afirmar que sea mediterránea si no refleja todo lo que esta zona abarca, como ocurre en el caso de Norah. Es mejor ofrecer información correcta y transparente, y no decir lo que no hay solo para atraer clientes”.

Guiados por esa filosofía, el chef Eli Shtein, que ya había trabajado junto a Natalia, se hizo cargo del diseño del menú de Norah. Nacido en Tel Aviv, Eli cuenta con una larga trayectoria en hostelería. Allí tiene su propio restaurante y vivió los coletazos más duros de la pandemia, por lo que conoce tanto las virtudes como los desafíos del oficio. Sin embargo, tanto él como el resto del equipo defienden que “el miedo es cuando te paras y no lo haces. Cuando te gusta lo que haces, el miedo no existe”. Esa convicción lo dice todo.

La carta se compone de un sinfín de referencias a la cocina y cultura del sur de Europa. Todo resulta familiar, pero las combinaciones, las técnicas y el toque final lo hacen completamente distinto. “Aquí en Norah tenemos toda la línea del Mediterráneo, pero sabes lo que estás comiendo, aunque sea totalmente diferente. Es familiar, pero con un giro particular. Siempre respetando ingredientes, temporadas…”, argumenta Eli. Cada plato refleja la filosofía y esencia de esta corriente, sin centrarse en ciudades específicas, sino en su espíritu.

PAULA TROCAOLA

Para él, armar el menú no fue complicado: “Italia es el mejor lugar del mundo, todo romántico. En Grecia… también”, comenta, dejando claro que cada creación es una verdadera criatura de estas costas, cercana y reconocible, pero única en sabor y concepto. Desde su ensalada de cordero con tzatziki (salsa elaborada con yogur griego) y hierbas aromáticas, hasta el steak tartare acompañado de crackers de aceite de oliva o la sardina ahumada con tomate sobre pan brioche. También destacan sus pastas, tanto la aliñada con pecorino y pimienta, como la que combina calamar y tomate picante, y, por supuesto, su toque más dulce, con torrija o tarta de limón. Un verdadero delirio de sabores que transporta al comensal en un viaje exprés por todas las regiones que rodean al mar Mediterráneo… sin salir de Chamberí. Completa la experiencia la coctelera, a cargo de Julio de la Torre.

Su acogida ratifica su éxito. Las reservas para diciembre rozan el lleno total. Todos quieren ir a Norah o simplemente disfrutar de un buen rato junto a ella. Parejas, familias, oficinistas, artistas y, sobre todo, vecinos del barrio se dejan seducir por la propuesta. “Antes de abrir ya teníamos clientes”, reconocen. Gente a la que le gusta comer bien, que aprecia un buen ambiente y, sobre todo, que quiere disfrutar de un rato agradable y, por qué no, sentir por un instante la sensación de vivir en un eterno verano.

PAULA TROCAOLA

PAULA TROCAOLA

Habitar un iglú nunca había sido tan fácil ni reconfortante. BLESS Hotel Madrid vuelve a transformar su icónico rooftop en uno de los escenarios más espectaculares de la ciudad con la llegada del frío, ofreciendo un refugio único en pleno corazón de la capital.

Picos Pardos Winter Edition inaugura una nueva temporada de su propuesta más esperada: iglús privados que combinan la magia de las noches bajo las estrellas con la calidez de un refugio en lo alto de la montaña… o, mejor dicho, de los elevados edificios que rodean el skyline madrileño. Una experiencia original, elegante y para nada gélida, donde cada detalle está pensado para disfrutar del invierno sin renunciar al confort y al más puro estilo Aspen.

Après-ski sobre la ciudad

Convertidos ya en un icono de la temporada, los refugios climáticos de BLESS Hotel Madrid ofrecen un espacio bastante original en pleno Barrio de Salamanca. Cada cúpula, ambientada hasta el más mínimo detalle a base de mantas, cojines y hasta estufa, combina privacidad y confort con una atmósfera invernal, perfecta para disfrutar de comidas, cenas o atardeceres con vistas únicas. Un après-ski sin salir del asfalto capitalino.

Alrededor, la azotea se completa con una zona acristalada climatizada, un invernadero urbano que permite disfrutar de la misma propuesta gastronómica y de las vistas en un entorno amplio y luminoso, ideal para quienes buscan espacio sin perder la magia de la temporada.

Sabores de montaña: fondues de queso o chocolate y cócteles

La propuesta de Picos Pardos Winter Edition transporta al comensal a paisajes montañosos cubiertos de nieve, donde el invierno se disfruta en todo su esplendor. El menú combina fondues, tanto saladas como dulces, carnes en su punto exacto y platos de temporada, acompañados de cócteles de autor diseñados para complementar cada instante. Cada bocado invita a saborear la estación, cada sorbo envuelve los sentidos, en una experiencia donde lujo, intimidad y disfrute pausado se funden, nunca mejor dicho, para convertir cada comida en un momento memorable. Además, el espacio ofrece diferentes menús cerrados, pensados para grupos o celebraciones, garantizando una experiencia completa y adaptada a cada ocasión.

El plan imprescindible del invierno en Madrid

Picos Pardos Winter Edition es el must de la temporada en Madrid. Perfecto para visitarlo en las semanas previas a la Navidad o durante los días festivos, cada experiencia invita a disfrutar del momento, sumergirse en entornos únicos y celebrar el invierno con elegancia y exclusividad.

El espacio está abierto al público con los siguientes horarios: lunes y martes cerrado; miércoles y jueves de 17:00 a 00:00 h; viernes de 17:00 a 01:00 h; sábado de 13:00 a 01:00 h; y domingo de 13:00 a 00:00 h. Estos horarios permiten disfrutar de la experiencia tanto al atardecer como por la noche, adaptándose a diferentes planes y momentos de la temporada invernal.

La Máquina celebra su 43º aniversario ofreciendo una experiencia única que une historia, gastronomía y vino de excelencia. Su restaurante insignia, Puerta 57, se viste de gala con 43 añadas selectas de Alma Carraovejas, invitando a los comensales a un recorrido sensorial sin precedentes.

Un brindis que une tradición y pasión

La colaboración entre La Máquina y Alma Carraovejas rinde homenaje a más de cuatro décadas de trayectoria en la gastronomía y la viticultura españolas. Los vinos seleccionados, desde blancos frescos hasta tintos excepcionales, se combinan con la cocina de Puerta 57 para ofrecer un maridaje que celebra la esencia de ambas casas.

Voces que marcan historia

Javier Rueda, CEO de La Máquina, destaca: “Cada brindis, cada bocado, es un recordatorio del camino recorrido y de la pasión por lo que hacemos”. Por su parte, Pedro Ruiz Aragoneses, CEO de Alma Carraovejas, añade: “Celebrar el 43 aniversario del La Máquina con 43 añadas de los vinos de Alma Carraovejas, Pago de Carraovejas y Ossian en este caso, es un enorme orgullo para nosotros. Brindemos por muchos años más y por los clientes, que dan sentido a todo esto”.

43 añadas, un viaje sensorial

Entre las selecciones exclusivas se encuentran Pago de Carraovejas, El Anejón, Cuesta de las Liebres, Ossian y Capitel. Cada copa transporta al comensal a una historia de tradición, evolución y excelencia, y estará disponible únicamente en Puerta 57 hasta fin de existencias.

Una experiencia que trasciende el sabor

Más allá del vino y la gastronomía, esta propuesta es una celebración de la excelencia y del compromiso con la calidad. Los visitantes podrán disfrutar de un recorrido que combina historia, sabores únicos y un ambiente que convierte cada comida en un momento memorable.

Bodegas Emilio Moro invita a vivir el lujo de lo auténtico esta Navidad, una propuesta para celebrar los momentos que realmente importan rodeados de familia, amigos y, por supuesto, buen vino.

La esencia de la Navidad en cada brindis

Con más de un siglo de tradición familiar en la Ribera del Duero y El Bierzo, Bodegas Emilio Moro mantiene viva la esencia de cada añada: ser un punto de encuentro donde las personas puedan inspirarse, emocionarse y sentirse felices con una copa de vino en la mano. La Navidad es el momento ideal para compartir y recordar que el verdadero lujo nace de lo sencillo, de lo auténtico y de los momentos que permanecen en la memoria.

Compartir lo que realmente importa

La bodega recuerda que la Navidad no está en lo que envuelves, sino en lo que no quieres que termine: una mesa preparada con cariño, el aroma de las castañas, historias que se repiten sin cansar y brindis que celebran la autenticidad de cada instante. Este año, el vino de Emilio Moro no es protagonista, sino testigo del lujo de compartir emociones y recuerdos.

Experiencias enológicas únicas

Como cada año, la bodega celebró su tradicional comida de Navidad con prensa especializada, una experiencia que reivindica el lujo auténtico a través de la enología. La cata vertical de Malleolus, una de sus joyas, permitió recorrer las añadas 2022, 2018 y 2009, descubriendo cómo cada una refleja el carácter del viñedo, la madurez del fruto y la identidad de la familia Moro.

«Si hay algo que destaca en Navidad es el lujo de compartir. Un brindis, una historia o un abrazo. El vino acompaña, pero lo que realmente importa son los momentos», comenta Javier Moro, presidente de la bodega.

Elalba de Emilio Moro 2024: frescura y sofisticación

Elalba de Emilio Moro nació en 2022 como el primer rosado de la casa. Su coupage de Tempranillo y Albillo Mayor ofrece frescura, sutileza y complejidad, con aromas de frutas rojas, notas florales y un elegante toque mineral. Con su color rosa salmón pálido, es ideal para cenas navideñas, maridando con pescados, carnes blancas, pastas y arroces. PVR: 25,90€

La Revelía 2022: estructura y personalidad

Sutil, sugerente y complejo, La Revelía es el godello más especial de la bodega, con crianza sobre lías que aporta cuerpo y untuosidad. Sus matices de fruta madura y flores secas lo convierten en un vino protagonista para maridar con pescados o mariscos. PVR: 30,50€

Malleolus 2022: un clásico de la Ribera del Duero

La añada 2022 de Malleolus combina fruta negra, especias, vainilla y cacao con un fondo mineral que refleja el origen de la bodega. En boca, ofrece taninos firmes, acidez equilibrada y un final largo que confirma su energía y carácter histórico. Ideal con carnes a la brasa, caza o quesos curados. PVR: 38€

Un brindis por la Navidad y los recuerdos

Para Bodegas Emilio Moro, la Navidad es tiempo de compartir alrededor de la mesa, disfrutar rodeados de los nuestros y brindar por los recuerdos y los sueños que están por venir. Su propuesta combina tradición, innovación y el lujo de lo auténtico, convirtiendo cada encuentro en un momento inolvidable.

La Navidad es tiempo de celebrar, reunirse y brindar por lo vivido y lo que está por venir. Y suele hacerse alrededor de una mesa, compartiendo las mejores recetas y los mejores vinos. Es la época en la que cada brindis se convierte en una forma de agradecer y celebrar. En esos encuentros donde la emoción se mezcla con la tradición, los espumosos ocupan un lugar especial: son el reflejo de la alegría y de los nuevos comienzos.

En Bodegas Doña Felisa, cada vino se elabora con ese mismo espíritu, cuidando cada detalle y combinando tradición e innovación. Sus viñedos, enmarcados en el corazón de la Serranía de Ronda, se trabajan bajo criterios sostenibles y por un profundo respeto por el entorno. Esa dedicación da como resultado vinos de máxima calidad, sin perder autenticidad, y eso se percibe en cada una de sus referencias. En especial, en su espumoso Cloe Brut Nature, que se convierte en el vino ideal para brindar con estilo y que combina frescura y emoción en un momento del año en el que los encuentros giran en torno a la mesa, con familias y amigos.

Cloe Brut Nature, el espumoso para los momentos especiales

Cloe Brut Nature es la expresión más delicada de Bodega Doña Felisa y una de las joyas de la zona de Ronda. Elaborado mediante el método Champegnoise, con una crianza de 14 meses de rima —en la que el vino está en contacto con las lías—, este vino representa la elegancia, la frescura y el equilibrio. «El Brut Nature fue una apuesta muy personal ya que en la zona no se elaboran espumosos, ha sido el primero. Lo más arriesgado fue elegir la variedad que utilizamos, que no es típica para la elaboración de espumosos, cavas o champagne. Además, para mí es muy importante el día de vendimia, cosa nada fácil de decidir ya que tenemos que conseguir ese equilibrio entre la concentración de azúcar y la madurez fenólica», explica Julia Losantos, directora técnica y enóloga de la casa.

Visualmente, este vino presenta con matices dorados, brillante y una burbuja fina y persistente. En boca ofrece aromas a flores blancas, matices a levaduras y frutos secos y es limpio y fresco, con un carbónico bien integrado. Su equilibrio natural lo convierte en un espumoso versátil y sofisticado, ideal tanto para el aperitivo como para acompañar mariscos, sushi o frutos rojos con chocolate.

Una bodega con alma familiar que cuida cada detalle

Desde su fundación en 1999, Bodega Doña Felisa ha mantenido una filosofía basada en el respeto al entorno, la precisión técnica y la sostenibilidad. Con 50 hectáreas de viñedo propio y un modelo de producción de bajo rendimiento, la familia Losantos ha logrado posicionar sus vinos entre los más reconocidos de la Denominación de Origen Sierra de Málaga, un territorio de altitud y contrastes térmicos que imprime personalidad a cada variedad. La bodega combina tradición y tecnología, y cada fase del proceso —desde la poda hasta la vendimia manual— se realiza con un cuidado casi artesanal. Ese equilibrio entre innovación y respeto por el origen es lo que define el carácter de sus vinos: auténticos, elegantes y con alma rondeña.