Auténtica joya de impresionantes paisajes y singular riqueza cultural, Sudáfrica está repleta de experiencias únicas que cautivan a viajeros de todo el mundo. Un gran número de acontecimientos invitan a los turistas a descubrir este fascinante destino, conocer gente apasionada y crear recuerdos imborrables. La explosión de color que se vive durante la temporada de floración de Namaqualand, avistar ballenas en el mar o descubrir la efervescencia artística de Afrikaburn… ¡acompáñanos a descubrir más sobre estos tres eventos que te harán vivir momentos sensacionales en la nación arcoíris!
1. VIVE LA FLORACIÓN DE NAMAQUALAND
Desde mediados de agosto hasta septiembre, el árido desierto de Namaqualand, en la provincia del Cabo Septentrional, se transforma en un paraíso floral. Millones de flores silvestres surgen, creando una alfombra multicolor de vegetación hasta donde alcanza la vista. Las colinas, llanuras y valles se visten de brillantes tonalidades que van del rojo vivo al amarillo chillón, ofreciendo un espectáculo sobrecogedor. Los campos de flores de Namaqualand son un fenómeno natural único y virgen. Y es que la Reserva de Flores Silvestres de Skilpad, situada en el Parque Nacional de Namaqua, alberga el despliegue floral más espectacular. Con una extensión de más de 60.000 hectáreas, el parque alberga numerosas rutas de senderismo en las que descubrir la flora y fauna sudafricanas mientras te evades de la rutina. Los amantes de la naturaleza y de la fotografía encuentran en la gran diversidad de flores que cubren el paisaje una oportunidad mágica para perderse en una auténtica postal.
2. PRESENCIA EL RETORNO DE LAS BALLENAS
La llegada de las ballenas francas australes a las costas de Sudáfrica supone cada año un espectáculo digno de observar. De junio a noviembre, estos gigantes del mar recorren miles de kilómetros para alcanzar las cálidas aguas del océano Índico. Hermanus, situado en la Ruta de las Ballenas, es uno de los mejores lugares del mundo para avistar a estos mamíferos marinos en su hábitat natural. Las ballenas se acercan a la costa para reproducirse y alimentar a sus crías, lo que brinda a los viajeros la oportunidad de admirar su majestuosidad. También es posible observar las ballenas en Ciudad del Cabo, desde las alturas de Lion’s Head y Signal Hill. Desde allí arriba también es posible disfrutar de las mejores vistas de la ciudad, la bahía de Camps Bay y toda la costa atlántica… ¡Una experiencia mágica!

3. PARTICIPA EN EL AFRIKABURN, UNA EXPLOSIÓN ARTÍSTICA EN PLENO DESIERTO
No te pierdas Afrikaburn, el festival más excéntrico de Sudáfrica. Cada año, miles de personas se reúnen en el corazón del desierto de Tankwa Karoo para participar en esta celebración única donde el arte, la música y la expresión personal son los protagonistas. Durante una semana, normalmente a finales de abril, el desierto se transforma en una ciudad efímera de imaginación y experimentación. La puesta en escena de representaciones teatrales y espectáculos fascinantes está marcada por extravagantes trajes que lucen y las monumentales instalaciones artísticas que se crean, transformando el paisaje desértico en una galería de arte viviente. Afrikaburn es mucho más que un festival, es una experiencia de inmersión que nos sumerge en un universo alternativo donde la autoexpresión y el intercambio cultural ocupan un lugar privilegiado.








Celebramos el 100 aniversario del nacimiento de Fernanda de Utrera, la mayor de las hermanas, que murió en 2006, mientras que Bernarda, nacida en 1927, murió en 2009. Vidas y muertes paralelas para unas voces que también lo eran, pero con sus matices. ¡Benditos matices! Carlos Lencero decía que “Fernanda es el futuro y el pasado muriéndose de amor en el presente”, mientras que Bernarda “si no canta, esa noche la luna no se levanta”.
“Después de oir a Fernanda de Utrera, cualquier otro cante nos suena a charla vacía”, sostenía Anselmo González en 1960, que añadía “la Fernanda es un microcosmos perfecto”. Epicentro de una constelación flamenca propia, que tiene su propia ley de la gravedad, su propio aire, el aire de las niñas de Utrera. Fernanda y Bernarda eran las nietas del Pinini, que tiene unas cantiñas propias. ¡Ahí es nada! “Tus cabellos y los míos / se han enredado / como la zarzamora / por los vallados…” No hay grabaciones de él, pero la tradición oral nos ha llevado a conocer sus letras a día de hoy, en gran medida, popularizadas por sus nietas, que recorrieron el mundo de principio a fin para llevar su tierra siempre por bandera: Utrera. Fueron pioneras en su pueblo y están en el ojo del huracán de la edad de oro del cante. Edgar Neville las filmó en su “Duende y misterio del flamenco”, Carlos Saura en su “Flamenco” y Pedro Almodóvar escogió su cante para “Kika”. Musas en el cine de culto. Musas en la calle de su pueblo, y musas en cada tablao que existe en el mundo. Pasaron por todos los de su época, de Madrid a Barcelona pasando por Sevilla. Estuvieron en Nueva York preguntándose por dónde quedaba Utrera, y en París, donde siempre eran jaleadas por los franceses que aman el cante jondo. Pero también en Los Ángeles, donde una noche, entrada la madrugada, todo el bar cantó con ellas la parte final de “Cuando se entere el sultán”: “ay gitana tú eres mora / mora de la morería”; para acto seguido seguir Fernanda pregonando “(Tengo) una gran fantasía / como mi hermanita Bernarda / nadie cantará en su vida”. Amor fraternal hasta el final. Una y otra se dedicaban piropos en sus cantes, y tenían una compenetración tan grande que cuando sacaron un disco en solitario fue uno y no más. Fernanda era la reina de la soleá y Bernarda de la bulería. Lo sostienen los entendidos, los aficionados y las enciclopedias del flamenco. Sus grabaciones han quedado para la eternidad y uno no puede dejar de pensar que poder escucharlas aunque sea a través de la red es una maravilla apta para los mejores paladares. Quienes busquen efectismo solo encontrarán pureza. Son eso, representan eso. En todo su ser y esencia, la pureza de una tierra que es sello propio en el flamenco. Sentían lo que cantaban. Lo sufrían. La propia Fernanda lo dice en una entrevista: “A Bernarda le pasa lo mismo con el romance de la Reina Mercedes, cuando dice «Te vas camino del cielo, sin un hijo que te herede…» ella se pone a llorar. ¿Por qué? pues porque lo vive”.
Juan Verdú sostenía de Fernanda que “su voz, un lamento de amor y de tristeza, de vida y de pasión, crispada, manos apretadas, esfuerzo por decir y comunicar el dolor de un pueblo, de una vida, sencillez y humildad, menudita, con una personalidad inimitable, morena, pelo rizado que le nacía en el burladero de su frente, sus ojos mandaban en el ruedo del escenario y leían lo que sentían hasta los de la última fila, aunque se estuvieran comiendo el coco, feliz de ser flamenca, de ser gitana y de vivir, sus pómulos eran su escudo de familia, familia de postín, los Pinini”.
Fernanda cuenta además que cuando se montó por primera vez en el avión para ir a América pasó mucho miedo: “¡Qué miedo pasé! Fijate, un «reacot» de cuatro motores en el año 64 y en siete horas estábamos en América. De momento había un sol que era un portento. Yo me senté y los tocaores a mi lao. Bernarda con la Virgen de Consolación, y yo que compré una estatuilla de Medinaceli. Y las dos llorando, y yo acordándome de mi gente. Uno de los tocaores no hacía más que animarme: «Fernanda, no llores, mujé…»; y me dice otro: «Mira, Fernanda, el Atlántico». Y yo dije: «¿Quién es ese Atlántico?»”. Leer sus entrevistas hoy es un ejercicio de ponerse frente a la pureza de una mujer que no se dejó contaminar por modas ni modos que no fuesen los suyos propios. Los del propio universo que la rodeaba y el aura que emanaba de ellas, cada vez más mitificadas y con razón. Estamos ante los cien años de una mujer excepcional que era hermana de otra excepcional. Dentro de cuatro años celebraremos otro escenario. Y aquí estaremos para recordar esta maravilla que no cesa y que ya es patrimonio de la humanidad para la eternidad. Ω







Además de su trabajo con The Stooges, los álbumes icónicos que ha lanzado en solitario, como «Lust For Life», «The Idiot», «New Values», «Zombie Birdhouse», «Blah Blah Blah», «Brick by Brick», «American Caesar», «Skull Ring», «Preliminaires» y «
La cita no se la quisieron perder rostros destacados como los cantantes que actuarán los próximos días en el festival, Sofía Ellar y Willy Bárcenas (Taburete) con su mujer Loreto Sesma, el príncipe Hubertus von Hohenlohe con Simona Gandolfi, el televisivo Carlos Sobera o Marta Martínez-Bordiú asistieron al concierto con sus mejores looks rockeros y disfrutaron de una gran noche bajo las estrellas.