La decoración es el último gran gesto estético de un proyecto de interiorismo. Así lo explica Silvia Trigueros, directora del estudio que lleva su nombre, quien comparte una serie de claves imprescindibles para lograr espacios armónicos, personales y plenamente vividos.
“La decoración aporta la última actuación estética a un proyecto de interiorismo y amueblamiento, adecuando el espacio a las últimas tendencias, actualizando el proyecto previo y seleccionando los complementos necesarios para hacerlo más atractivo y coherente”, señala la interiorista.
Desde su experiencia, hay una serie de tips que marcan la diferencia y consiguen que el cliente sienta que, por fin, está en su hogar.
Arte arriesgado: personalidad y carácter
El arte siempre suma en una vivienda. Pintura, escultura o fotografía aportan identidad a cualquier estancia, pero cuando además se apuesta por piezas arriesgadas, el resultado es aún más potente y diferenciador.
Mobiliario bien elegido: menos es más
Seleccionar el mobiliario adecuado es clave. Sobrecargar los espacios o sumar piezas sin criterio puede arruinar un proyecto. Cada elemento debe elegirse minuciosamente atendiendo a su funcionalidad, estilo y estética.

Imagen: Proyecto Silvia Trigueros. Fotografía: Amador Toril. Estilismo: Cristina Rguez. Goitia.
Librerías organizadas que suman valor
Cada vez más proyectos incorporan librerías en salones, comedores o zonas de trabajo. Para que funcionen visualmente, es fundamental no sobrecargar las baldas, alternar libros en vertical y horizontal y combinarlos con piezas decorativas, cerámica o arte.

Imagen: Proyecto Silvia Trigueros. Fotografía: Amador Toril. Estilismo: Cristina Rguez. Goitia.
Suelos, paredes y techos trabajados
Un buen proyecto se reconoce al entrar. Suelos con un correcto despiece y materiales de calidad, paredes revestidas y techos zonificados o decorados con molduras son señales claras de un interiorismo cuidado y bien ejecutado.

Imagen: Proyecto Silvia Trigueros. Fotografía: Amador Toril. Estilismo: Cristina Rguez. Goitia.
Mobiliario a escala: clave del confort
Uno de los errores más comunes en viviendas sin proyecto de interiorismo es no respetar la escala. Analizar superficie, zonificación y altura de techos es esencial para evitar muebles demasiado grandes o pequeños, que generan incomodidad y desorden visual.

Imagen: Proyecto Silvia Trigueros. Fotografía: Amador Toril. Estilismo: Cristina Rguez. Goitia.
Estampados con carácter
Arriesgar con estampados bien coordinados siempre es un acierto. Combinarlos con textiles lisos o acabados en los mismos tonos aporta riqueza visual y eleva el valor decorativo del conjunto.

Imagen: Proyecto Silvia Trigueros. Fotografía: Amador Toril. Estilismo: Cristina Rguez. Goitia.
Textiles coordinados: coherencia estética
Los textiles deben dialogar entre sí y con el mobiliario. Mezclar rayas con otros estampados o con lisos, o utilizar un mismo tejido en distintas piezas tapizadas, aporta cohesión y sofisticación al espacio.

Imagen: Proyecto Silvia Trigueros. Fotografía: Amador Toril. Estilismo: Cristina Rguez. Goitia.
Toque natural imprescindible
Introducir elementos naturales es fundamental. Arreglos florales, ramas, vegetación o plantas aportan frescura y vida. No solo en salones o comedores: cocinas, baños y dormitorios también agradecen ese toque orgánico.

Imagen: Proyecto Silvia Trigueros. Fotografía: Amador Toril. Estilismo: Cristina Rguez. Goitia.
Bodegones: el remate final
Como broche final, los bodegones decorativos aportan personalidad a superficies frías o vacías. Piezas de la misma familia, color o material, bien compuestas, elevan estanterías, mesas o muebles y completan una casa perfectamente decorada.

Imagen: Proyecto Silvia Trigueros. Fotografía: Amador Toril. Estilismo: Cristina Rguez. Goitia.

