Fotografía BERTIE ESPINOSA con Leica D-Lux 7 Textos MANUEL LOMBO
Agradecimientos Leica, Beatriz Pérez, Adrian Moreno Lozano
y a quienes han contribuido a hacer realidad esta explosión de estética.
La Semana Santa sevillana es el mayor paradigma de la celebración de la Pasión y Muerte de Cristo, unida al sentir popular y con una fuerte corriente folclórica.
Una “Semana Grande”, (denominada así por muchos), que no es otra cosa, que el culmen de todo un año de incesantes actividades por parte de las hermandades, -incluyendo las no dedicadas al culto-, que tienen como finalidad efectuar estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral. No debemos obviar la importantísima labor social de las cofradías durante todo el año, a través de sus bolsas de caridad y otros proyectos que tratan de mejorar las vidas, no sólo de sus hermanados más desfavorecidos, sino también de los feligreses pertenecientes a las parroquias donde están constituidas dichas cofradías o vecinos de los barrios donde tienen sus sedes.
La ciudad se transforma, visual y espiritualmente. La luz se alarga y las sombras se ensanchan. En el aire se dificulta la distinción de los olores, que transitan entre el azahar de los alcorques, la garrapiñada de los puestos ambulantes, los fritos y el adobo, el incienso o el del papel y tinta del programa manoseado que indica el recorrido y horario de las cofradías.