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César Vidal: “No hay solidaridad, se trata de pura palabrería” 

EL CONTRAPUNTO (Fearless verano 2020) La polémica está servida-

 

Con César Vidal

Crónicas de Covid de un exiliado en Miami

Ilustración de Dani Wilde ©

¿Cómo se vive esta crisis desde Miami?

En mi caso, bastante bien porque trabajo en casa y estoy acostumbrado a no salir durante días e incluso semanas.  También es cierto que, sin duda, hay gente – especialmente pequeños y medianos negocios – que la está sufriendo más, pero la economía de Estados Unidos es muy flexible y la recuperación ya ha comenzado en áreas como el empleo. 

 

Ha dejado España en 2013… ¿se siente afortunado de no tener que vivir la crisis en su país?

Decidí exiliarme en Estados Unidos cuando se me comunicó que preparaban un atentado para asesinarme.  Me siento extraordinariamente afortunado de no haber regresado a España fundamentalmente por su deriva desastrosa tanto con Rajoy como con Sánchez. 

 

A nivel político, ¿cómo se ha podido evitar esta crisis en España?

El problema es que España tiene un problema multisecular en que el paisanaje pesa, como siempre, más que el país y que el paisaje.  Si las cosas van bien no se nota mucho, pero, por sus propias características, cíclicamente, España entra en crisis y en crisis, en ocasiones, muy destructivas.  Con culpar luego a la leyenda negra, creen los necios que han solucionado todo.  Lamentablemente, a España esta crisis vino en uno de sus peores momentos.   

 

A medio-largo plazo, ¿cómo cree que afectará a la economía nacional, europea y mundial?

Irá por barrios.  Estados Unidos ya ha comenzado a recuperarse.  China aprovechará para extender su peso en Asia, África, Hispanoamérica e incluso Europa.  La UE saldrá muy resentida especialmente por las naciones del sur y algunas del este de Europa.  España se está acercando a pasos agigantados a la quiebra con su secuela de miseria, hambre y totalitarismo.

 

En lo emocional, ¿los españoles volveremos a ser lo que éramos?

Sí, pero habría que preguntarse si eso es tan positivo.  Una sociedad a la que pueden desviar de la realidad el fútbol, la telebasura y otros entretenimientos no me parece envidiable. 

 

¿Le aburre este exceso de “falsa solidaridad”?

Es que no hay solidaridad.  Se trata de pura palabrería cuando no excusa para que el Leviatán estatal siga robando a los españoles mediante una Agencia tributaria cuyos sicarios reciben bonus por vaciar los bolsillos de los indefensos contribuyentes.  Todo ello sucede además no para el bien común sino para mantener a las castas privilegiadas y a sus clientelas electorales. Por supuesto, quien paga las facturas es la clase media

 

Desde un punto de vista ‘natural’, si partimos de la teoría de que este virus surge casualmente, ¿es la naturaleza y el planeta que está intentando reducir la población?

A los impulsores de la agenda globalista, desde Soros al papa Francisco, le gustaría que creyéramos semejante majadería.  Los virus no han dejado de surgir a lo largo de la Historia incluso cuando el planeta estaba poblado por unos pocos millones de seres humanos. 

 

¿Qué lectura secundaria se podría extraer de esta pandemia? ¿Vivíamos demasiado deprisa?

Si hay una lectura que hay que extraer es que la inmensa mayoría de los habitantes de este planeta carecen de espíritu crítico y de capacidad de resistencia frente a una campaña mediática o a la acción del estado.  Eso es lo que hay que reflexionar porque indica que implantar una dictadura totalitaria no sería tarea difícil en ciertos medios. 

 

Como protestante que es, ¿qué dice el Protestantismo sobre esta pandemia? O más bien, ¿qué lecturas se podrían aplicar del Nuevo Testamento a esto que estamos viviendo?

Hay muchas y todas necesarias e imprescindibles.  Una es la de recordar que en el poder político hay un elemento diabólico (Lucas 4: 5-8) y que debe ser vigilado.  Otra es que el ser humano, como individuo y como especie, es una realidad caída lo que obliga a que exista división y control de poderes porque el poder absoluto siempre deriva en la tiranía.  Finalmente, no hay que dejarse vencer por la ansiedad.  Es una reacción muy humana, pero los que verdaderamente tienen una relación con Dios – no digo que practiquen una religión que eso es algo distinto – saben que Dios cuida de ellos (Mateo 6: 25-34).  Para aquellos que buscan en primer lugar el Reino de Dios y su justicia este episodio es superable (Mateo 6: 33-34)

 

¿Qué va a ocurrir con el Catolicismo sociológico y el Pauperismo? ¿Es la pandemia la causa de un nuevo ‘pauperismo estético y ético’ o los excesos seguirán conviviendo con nosotros?

El catolicismo sociológico está muy angustiado porque es una religión que depende del rito y de la ceremonia.  No poder asistir a la iglesia, no poder acudir a lugares de culto, no poder salir en procesión ha tenido un efecto incluso traumático.  Para aquellos cuya vivencia espiritual se basa en la Biblia y en la oración, el confinamiento ha sido muy llevadero e incluso reparador.  Luego se suma la división de los que van a seguir la agenda globalista del papa Francisco y los que sueñan con volver a la España siniestra de los años cuarenta. 

 

¿Se está racionalizando la fe por todo esto?

Me temo que los que tienen una fe irracional no la van a cambiar por lo sucedido.  

 

Su fábula “EL CABALLERO QUE COMPRÓ UN MONSTRUO”, ¿es actual en todo esto?

La verdad es que cuando escribo siempre procuro, especialmente si se trata de ficción, que sean obras que tengan una actualidad permanente.  Esa fábula entra en ese grupo. 

 

“EL MONO Y LA ZORRA”… ¿es el mono el murciélago del Covid y la Zorra Pedro Sánchez?

Se le pueden dar muchas aplicaciones, ésa es la verdad.  No está mal traída la que sugiere usted. 

 

¿Sigue pensando que la DISIDENCIA es la palabra que le define, como me afirmó hace 7 años mientras comíamos aquellas alcachofas en el Pimiento Verde?

Sin ningún género de dudas.  No por gusto ni por pose, sino porque frente a ciertas realidades sólo cabe sumarse a la causa de la Verdad y de la libertad, y esa circunstancia te convierte en un disidente.  Incluso en ocasiones –es mi caso – te obliga a exiliarte simplemente para salvar la vida.