Hay un gran deseo de viajar y un anhelo de renacimiento, una nueva forma de salir de viaje, aunque sea en la imaginación. Elisabetta Franchi dedica su colección Primavera Verano 2023 a ese instinto alegre y nómada que habita en nuestra alma, así como en nuestro armario, informándolo con la atmósfera y los recuerdos de lugares ilimitados. Nada parece típico o habitual. Pero un fil rouge sensorial que impregna la colección y se inspira en los territorios desde Nuevo México hasta Argentina, evoca el sonido de la pampa y la vivacidad de las ciudades de Sudamérica.
La mística y la energía del tango de los flecos danzantes, que siempre han formado parte del ADN de la marca, pero que en esta ocasión se adornan con delicadas cuentas de madera bicolor -mantequilla y chocolate negro- que se alternan de día y de noche se turnan con el ritmo de los estampados gráficos. Estos motivos originales definen la «geometría» cambiante de las prendas: desde trajes de baño, cárdigans y los clásicos pantalones de crepé elástico de Elisabetta Franchi. Mantequilla, chocolate negro, leche, tinta de calamar o regaliz: la paleta cromática también parece haber captado un aroma de los olores y de esas tierras, mientras que las texturas táctiles cambian constantemente. Los tejidos de rafia se transforman primero en un vestido, luego en una falda y al final en un maxi gaucho con flecos. Hay una generosa selección de tops de punto en jacquard o adornados con superficies texturizadas e incluso detalles hechos a mano como las hermosas piezas de ganchillo.
El principal protagonista de la colección es la cintura, que se acentúa mediante tops recortados y accesorios cuidadosamente seleccionados. En esta exuberante oferta son los adornos de ganchillo à jour, los abrigos de punto utilizados, también en vestidos. Entre los accesorios destacan las altísimas, pero súper cómodas, sandalias de cuña de rafia, el bolso de mano tejido tipo kilim, los bolsos bordados y las joyas inspiradas en el tango. El sombrero Gambler completa el look de esta mujer fuerte que puede llegar a donde quiera, hasta las antípodas de la banalidad. Hay un gran anhelo de viajar, de renacer, una nueva forma de salir.